Ser católico es un punto más a considerar, para los que ya pusieron pie en dos picos de la montaña y les falta llegar a la cima, que es precisamente el Catolicismo.
Y es que el Cristianismo desgraciadamente no está unido. La Historia da testimonio de la Unidad de la Iglesia Cristiana, desde sus inicios y durante la caída del Imperio Romano, pasando por la Alta Edad Media. Pero justo en el siglo en el que empezaron las Cruzadas, en el siglo XI, el Mundo Cristiano, que abarcaba casi toda Europa, parte del Oriente Medio y del norte africano, se dividió en 2 iglesias, casi iguales: La Iglesia Católica Romana y la Iglesia Ortodoxa Oriental.
Más tarde, en el siglo XVI, Martín Lutero introdujo también una cuña que empezó a desintegrar rápidamente el cristianismo europeo. Sectas y grupos protestantes empezaron a surgir por todos lados, como consecuencia de la Reforma Luterana, y rápidamente aparecían entre ellos creencias distintas, a veces contrapuestas, y la Cristiandad pasó por un periodo muy agitado, pero la Contrarreforma Católica -sobre todo a través de los jesuitas y el Concilio de Trento- logró mantener viva a la Iglesia Católica Romana, que por su parte crecía en América, Asia y Oceanía.
Y el Protestantismo, aunque mantiene ciertos parámetros generales, es diferente en sus denominaciones, y no hay entre ellos unaConfesión de Fe aceptada por todos, ni siquiera la Confesión de Augsburgo que redactara Melanchton. Peor aún: el Protestantismo ha sido padre de sectas anti-sociales, como los Testigos de Jehová, politeístas como los Mormones, y políticas como la "Iglesia Luz del Mundo". Pese a que el cristianismo abarca tanto a católicos como protestantes, por el Credo Básico que todavía comparten, resulta deplorable constatar que entre los más pertinaces anticatólicos están precisamente, algunos apologistas protestantes. A mí me ha tocado presenciar intercambios, en las que había ateos que llegaban a manifestar respeto y reconocimiento a hechos históricos logrados por la Iglesia Católica, mientras que algunos protestantes echaban pestes incluso de eso.
Soy católico, pues, porque creo que la Iglesia establecida por Cristo es la Iglesia Católica, dirigida en la tierra por el Papa, el Obispo de Roma, y existente desde hace 2000 años. Y es que en la Iglesia Católica encuentro elementos ausentes del resto del cristianismo, como son las notas de la Iglesia que fundó Cristo, los Santos y Beatos venerados por el catolicismo, hechos milagrosos -muchas veces examinados científicamente-, y por la propia Doctrina Católica, que exhibe lógica, raíz evangélica y participación en la Historia, la Sociedad y la Cultura. Estudiar a la Iglesia Católica es estudiar Historia de Asia Menor, Historia de Europa, Historia de América, de Asia, áfrica y Oceanía, es estudiar Literatura, Filosofía, Psicología, ética, Teología, Arte, Sociología, Derecho Civil y Derecho Canónico, e inclusive -en ocasiones-, Ciencias fuera del área de Humanidades, como Astronomía, Matemáticas, Medicina, Genética, etc. No por nada se le llama Iglesia Católica.
En ocho capítulos, trataré los principales puntos que me han movido a confirmarme en mi fe católica, tratando: Las notas de la verdadera Iglesia de Cristo, aspectos positivos y negativos de la historia católica, como las Cruzadas, la Inquisición, la Evangelización, la Instrucción y por último, las innovaciones del Concilio Vaticano II, el Cisma de Oriente, la "Reforma" protestante, la Teología, Mística y Caridad tan características del catolicismo, lo que se puede decir de Apariciones (de Cristo, María, ángeles y santos), y milagros que ha reportado la Iglesia, algunos comentarios sobre los Sacramentos, y por último, una opinión sobre la Moral y la Ortodoxia de la Iglesia Católica. |
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- Unam, Sanctam, Catholicam et Apostolicam
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- Veinte siglos de Historia de la Iglesia
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- Un patriarca y una secesión
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- Tres Dominios: La Teología, la Mística y la Caridad
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- Siete Sacramentos para los fieles
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- Flechas que rebotan contra el Escudo
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- Unam, Sanctam, Catholicam et Apostolicam
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Y estudiando a la Iglesia Católica, nos fijamos en algunas características que posee desde el día de Pentecostés:
La Iglesia Católica es UNA sola organización: No se trata de un "grupo de sub-grupos", sino de una inmensa familia, Una Sola, con un solo culto, una sola liturgia, un solo Líder supremo en la tierra. Durante 20 siglos, la Iglesia Católica se ha mantenido unida y firme, sin tener secesiones internas. El caso del Cisma de Occidente pudo considerarse un conflicto por el Papado, pero nunca una División del Catolicismo, al punto que pudiera considerarse que había "dos clases" de católicos.
La Iglesia Católica es SANTA: Con esto no queremos decir que "todos los católicos son santos", porque no lo son. Queremos decir que la doctrina de la Iglesia es SANTA, y que lleva a la SANTIDAD. Prueba de ello son las Vidas de Santos y Santas, manifestadas en hechos y milagros, que posteriormente vamos a repasar. La santidad del catolicismo se manifiesta en sus frutos, en su Moral y en su Doctrina.
La Iglesia Católica es eso, CATóLICA: En el mundo, desde hace 2000 años, nadie puede negar el papel sobresaliente de la Iglesia Católica. Hay catolicismo en todos los países del mundo, es la Iglesia Cristiana con mayor número de fieles, y de las ramas del cristianismo, es la más antigua; su historia como Institución se remonta hasta el año 33 de nuestra Era, cuando los Apóstoles iniciaron la predicación en Jerusalén. A lo largo de la Historia, ha influido decisivamente -sobre todo en Europa-, y ha tenido inmensa participación en la sociedad, la cultura, la filosofía y otros campos.
La Iglesia Católica es APOSTóLICA: Lo cual significa que sus Pastores son herederos de los primeros pastores del cristianismo. Cualquier buena Enciclopedia de Historia puede dar la lista de los Papas, desde San Pedro hasta el actual Benedicto XVI, como igualmente encontramos Obispos y Pastores en la Iglesia Cristiana Primitiva, cuyas funciones y -más importante aún-, enseñanzas, son idénticas a las de los actuales Obispos y Sacerdotes católicos. La doctrina enseñada por los apóstoles, ha sido atesorada y proclamada solemnemente por la Iglesia Católica.
Una, Santa, Católica y Apostólica, estas notas son necesarias para el Cristianismo.
La Iglesia debe ser UNA, pues sólo hay Una Verdad, Un Culto, Un cuerpo de pastores autorizados. La Iglesia debe ser SANTA, porque su fin es conducir a los hombres a la Vida Eterna, mediante la santidad, misma que sólo puede conseguirse con los medios de santificación. La santidad se cumple muy decisivamente con milagros. La Iglesia debe ser CATóLICA, porque Dios quiere que todos los hombres se salven, y siendo la Iglesia la encargada de predicar Su Palabra, debe abarcar todos los tiempos y ser accesible a todos los hombres, todas las culturas, todos los países. La Iglesia debe ser APOSTóLICA, porque Cristo envió a sus apóstoles a predicar y enseñar la Buena Nueva, y quienes la enseñen ahora deben no solo plegarse a lo que dijeron los apóstoles, sino estar sujetos al Magisterio legítimo, presidido en sus primeros tiempos por Simón Pedro.
...ASí PUES:
Soy católico, porque entre las iglesias cristianas, la única en la que encuentro esas 4 notas, es la Iglesia Católica. Ni las iglesias griegas orientales, ni las iglesias protestantes las tienen.
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- Veinte siglos de Historia de la Iglesia
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La Historia de la Iglesia es un tema muy extenso, y no puedo tratar aquí más que una mínima parte, en la cual procuro resumir adecuadamente los antecedentes históricos de la Institución de la cual formo parte.
Hay pasajes de la Historia que dejan una buena imagen de la Iglesia, y pasajes menos gratos. Un católico honesto sabe que la Iglesia está formada por hombres, no por ángeles, y por lo tanto, que muy bien la Iglesia pudo cometer equivocaciones en cuanto a decisiones que atañen a lo humano y social, pues Cristo nunca prometió hacer de Su Iglesia un club de santos. Lo que es la doctrina, es harina de otro costal, pero en los hechos históricos, podemos encontrar buenas y malas cosas hechas por la Iglesia como Institución.
Lo interesante de la Historia de la Iglesia, es que deja ver una singularidad: la Iglesia en cuanto a sus métodos misioneros, métodos educativos, posturas culturales, posturas sobre las leyes civiles, ha cambiado y sigue cambiando, según los tiempos que le tocan vivir. Pero en cuanto a Moral y Doctrina, su posición sigue siendo la misma. Ni la moral católica ni la doctrina católica han cambiado con el paso de los siglos. En la Iglesia Primitiva, la Iglesia perseguida se convirtió en Iglesia triunfante, con la conversión del emperador Constantino y el consecuente Edicto de Milán: La Iglesia que asistió a la caída del Imperio Romano se vio en la necesidad de combatir numerosas herejías, de las cuales las principales fueron el nestorianismo, el arrianismo, el maniqueismo, el novacianismo, el montanismo, etc., comienza su influencia sobre los jefes de los reinos romano-germánicos.
Fue hasta la época de Carlomagno, que el Papa y con él la Iglesia alcanzaron un papel central en el acontecer histórico. El poder terrenal de los Papas aumentó rápidamente, y en la Alta Edad Media, el poderío papal llegó a constituir amenaza para el poder imperial, lo que dio origen, entre otros conflictos, a la Querella de las Investiduras, entre el emperador alemán Enrique IV y el papa Gregorio VII. Durante toda la Edad Media, la Iglesia fue severa, rigurosa con las herejías, grave y muy atenta de los sucesos políticos de Europa: es una Iglesia cerrada, poco alegre, pero rigurosa en la enseñanza de la doctrina -es la etapa de las escuelas en los monasterios-, mostrando también un aprecio muy grande por la Biblia -copiada por los monjes medievales-, y amplio desarrollo de la Teología, en especial por la escolástica de San Alberto Magno y Santo Tomás de Aquino.
Todavía en pleno Medioevo, la Iglesia hizo frente al Cisma de Oriente, y posteriormente, le correspondió asistir a las Cruzadas. Las Cruzadas han sido denostadas por muchos críticos -algunos de ellos protestantes-, y se le encuentra fácil explicación en "la ambición de los Papas". Resumiendo, así fueron las Cruzadas:
-La Primera Cruzada: Promovida por S.S. Urbano II, fue dirigida por nobles alemanes y franceses, destacando Raimundo de Tolosa y Godofredo de Bouillon, quienes conquistaron Jerusalén y fundaron un efímero reino latino.
-La Segunda Cruzada: Promovida por San Bernardo de Claraval, dirigida por Luis VII de Francia y Conrado III de Alemania, fracasó por las disensiones entre los reyes.
-La Tercera Cruzada: Emprendida por Felipe II Augusto de Francia, Ricardo I "Corazón de León" de Inglaterra, y Federico Barbarroja de Alemania. Tuvo un éxito inicial, pero Felipe Augusto se retiró de la empresa. Ricardo se dejó llevar a una guerra desgastante con el sultán de Egipto, Saladino, y tuvo que retirarse, si bien consiguió de Saladino el acceso libre de los peregrinos cristianos a Jerusalén.
-La Cuarta Cruzada: La integraban principalmente fuerzas normandas, su destino se vio alterado por las intrigas de nobles bizantinos, y los cruzados fueron reclutados para tomar Constantinopla y derrocar al entonces emperador Alejo III. El Papa Inocencio III ya había protestado contra el ataque a una ciudad cristiana, pero los cruzados tomaron Constantinopla, y al no recibir su paga, saquearon la ciudad.
-La Quinta Cruzada: La emprendió el rey Andrés de Hungría con otros nobles, llegaron a tomar Damieta, pero la hostilidad creciente de los sarracenos y la crecida del Nilo los obligó a desistir.
-La Sexta Cruzada: Por su propia cuenta, el emperador Federico II de Alemania, partió con cierta renuencia -iba excomulgado por el Papa Gregorio IX-, pero llegó a Jerusalén, y por medio de la diplomacia, obtuvo un acuerdo que ponía Jerusalén, Belén y Nazaret bajo su jurisdicción.
-Séptima y Octava Cruzadas: Las emprendió San Luis IX de Francia, logrando éxitos parciales, pero en la primera cayó prisionero, y tuvo que pagar un crecido rescate, y en la segunda cayó víctima de la peste.
Entre las consecuencias de las Cruzadas, no se puede hablar de un crecimiento del poder del Papado, ni siquiera en época de Inocencio III. Las Cruzadas tuvieron mucho de religioso, pero también mucho de comercial y de aventura, especialmente entre los normandos, amantes de las incursiones.
En la Baja Edad Media, acabadas las Cruzadas, empezaron a aparecer nuevas herejías, como los Albigenses y los Valdenses, y la Iglesia empleó muchas veces en su contra a la Santa Inquisición, otra de las figuras más negras de la historia católica. Aunque los datos sobre la Inquisición no son muy precisos -se exagera bastante sobre el tema-, la Historia está de acuerdo en que hubo torturas, víctimas e injusticias por medio de la Inquisición. El medio inquisitorial no era exclusivo del catolicismo, las autoridades seculares, y también el protestantismo, llegaron a tener su Inquisición. Así pues, este método era distintivo del modo de ser de los europeos de ese entonces, y ciertamente es difícil juzgar aquellas épocas con criterio de nuestros tiempos modernos.
La Inquisición duraría varios siglos, y no en todos fue la "máquina de muerte" que muchos creen ver. El gobierno de España, por ejemplo, sustrajo a los indios americanos de los castigos de la Inquisición, y en otros casos, la Inquisición limitó sus actividades a amenazas, como ocurrió en el caso de Galileo. Ciertamente sí hay episodios históricos de la Iglesia que me sitúan en franco desacuerdo con tales decisiones y métodos, pero no por ello me llevan a rechazar la doctrina y todo lo bueno que también, indiscutiblemente, tiene el catolicismo.
Pero aún faltaban los peores años para la Iglesia. Aunque el Renacimiento había llegado brillante y prometedor, por el descubrimiento de América y las reformas en España por el cardenal Cisneros, en el resto de Europa la Iglesia había llegado a niveles alarmantes de corrupción, y consecuencia de ello fue la "Reforma" protestante, que contribuyó a dividir a la cristiandad occidental, hasta el día de hoy, y que la Iglesia afrontó formalmente con el Concilio de Trento
La Reforma será estudiada en un capítulo aparte. Continuando con el resumen, la Iglesia tuvo que hacer frente al absolutismo de los siglos XVII y XVIII, a la Ilustración, que trajo consigo mucha fuerza para el escepticismo, el racionalismo y la masonería. En el siglo XIX, el poder papal descendió como consecuencia de la expansión de las potencias coloniales como Inglaterra y Francia, y la Inquisición desapareció a principios de siglo. Hubo acontecimientos en favor de la Iglesia, que la reforzaron internamente, como el Concilio Vaticano I y las apariciones de la Santísima Virgen en Lourdes -tema que también se ampliará en otro capítulo-.
Durante el siglo XX, la Iglesia empezó su recorrido teniendo que equilibrar su posición entre dictaduras militaristas, especialmente la Alemania nazi y la Italia fascista. La Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría, sin embargo, no impidieron que en 1962 el Papa Juan XXIII convocara al importante Concilio Vaticano II, el cual ha marcado un avance muy importante en la historia de la Iglesia. El Concilio hizo muchas actualizaciones que la acercaron y fraternizaron con las Iglesias ortodoxas y protestantes, y permitió a los fieles tener una mayor participación en la Liturgia y en la predicación. Con el Concilio Vaticano II, la Iglesia ha iniciado una etapa de apertura y universalidad, de comprensión y respeto. Es decir, la Iglesia ha dejado de ser la "Inquisición" de la época tridentina.
El pontificado de Juan Pablo II también ha marcado a la Iglesia. Por primera vez un Papa recorre países alrededor del mundo, en una labor pastoral nunca antes vista, despertando simpatías hacia el catolicismo por doquier. Al mismo tiempo, la Iglesia ha tenido que enfrentar el neoliberalismo, la New Age, técnicas polémicas como el Aborto y la Eutanasia, y una ola de neopaganismo apoyado en la New Age.
La historia de la Iglesia no es un motivo para "ser católico o no serlo". La expuse para visualizar de conjunto la Iglesia en la que creo y a la que pertenezco. Es de varios episodios históricos de la Iglesia, estudiados por separado, que encuentro motivos claros por los cuales adherirme a la Iglesia Católica.
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- Un patriarca y una secesión
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Aquí tenemos que profundizar en un episodio histórico del cristianismo, el Cisma de Oriente; la separación de la Iglesia de Constantinopla de la Iglesia de Roma, separación que fue un proceso de varios años, y que culminó con el Cisma en 1054.
Las diferencias entre la Iglesia Romana y la Bizantina tienen un origen algo antiguo. Constantinopla resultó una ciudad populosa, capaz de competir en importancia con Roma, y la autoridad papal fue disminuyendo poco a poco, a favor de los patriarcas de Constantinopla, dependientes de la arquidiócesis de Heraclea. La Iglesia Romana siempre había estado ligada al emperador bizantino, pero esa alianza se transfirió al reino franco, con Carlomagno, y posteriormente, al Sacro Imperio Romano. Para principios del siglo XI, se podía hablar totalmente de una capital de la Iglesia en Occidente, que era Roma, y una capital en Oriente, Constantinopla.
Ya en el siglo IX -apenas terminado el conflicto iconoclasta- se habían dado las condiciones necesarias para el Cisma, pues hubo un Cisma parcial por parte de Focio, quien llegó al cargo patriarcal de manera poco limpia, después de que el emperador Miguel III depusiera al patriarca Ignacio. Por la lucha entre Focio e Ignacio, el emperador pidió la intervención del Papa Nicolás I, quien después de enviar delegados que resultaron favorables a Focio, en un sínodo reunido en 863 declaró a Focio privado de toda dignidad eclesiástica y amenazado de excomunión. El emperador protestó, pero ante la intransigencia papal, Focio inició una serie de acusaciones contra la Iglesia latina, donde manifestaba una de las diferencias teológicas entre católicos y ortodoxos, la procedencia del Espíritu Santo del Padre, pero no del Hijo.
En 867 un sínodo imperial excomulgó a Nicolás I -quien murió antes de saberlo-, pero cuando subió al trono de Bizancio Basilio el Macedonio, se depuso a Focio y se restituyó a Ignacio en el patriarcado. Ignacio, junto con el Papa Adriano II, convocó a un Concilio en Constantinopla para condenar a Focio, pero posteriormente, se llegó a la reconciliación con éste, quien subió al patriarcado al morir Ignacio en 877. Al ser reconocido como Patriarca de Oriente, se eliminaron las disposiciones del Concilio Constantinopolitano de 869-970 que lo condenara. El Papa Juan VIII reconoció a Focio como Patriarca, y aunque el Cisma no se consumó, sí se habían visto diferencias entre latinos y griegos, diferencia de lengua, de carácter, de costumbres, de liturgia, y ahora empezaban también diferencias teológicas.
El Cisma llegó 150 años después. Ahora era patriarca Miguel Cerulario, y emperador Constantino IX. Cerulario inició una serie de acciones destinadas a impedir la alianza entre los reinos fieles a Roma, con Bizancio, quienes trabajaban para aliarse contra los normandos. Su objetivo era impedir una alianza que minara su preponderancia en Oriente, como Supremo Patriarca que aspiraba a ser. Inició por denunciar los “errores de los latinos”, pero el cardenal Silva Cándida respondió a las denuncias, poniendo el dedo en la llaga: para Cerulario las diferencias litúrgicas no eran importantes, sino que el verdadero problema era el primado del Romano Pontífice. El emperador Constantino apeló al Papa, pidiéndole una legación para discutir los problemas que denunciaba Cerulario. León IX tuvo poca habilidad para mandar a sus legados, y los que escogió eran intransigentes, poco diplomáticos, destinados a tratar con otro no menos intransigente como Cerulario. Las discusiones absurdas entre los legados pontificios y los pastores bizantinos iban a precipitar el Cisma. Cerulario prohibió, como muestra de su independencia, decir misa a los embajadores latinos. El cardenal Silva y Cándida respondió depositando en el altar de Santa Sofía, ante el clero y el pueblo bizantinos, una bula de excomunión contra el patriarca Cerulario, redactada en términos durisimos. Los legados pontificios salieron de Constantinopla, y el pueblo bizantino apoyó incondicionalmente a su patriarca, quien quemó la bula de excomunión, y a su vez lanzó una contra los que la habían escrito. La bula de excomunión a Cerulario era inválida, porque los legados no habían sido autorizados a emitirla, y más aún, antes de la bula ya había muerto León IX, y sus delegados por lo tanto ya no tenían poderes.
Pero el Cisma era un hecho. Las bulas de unos y otros, inválidas ambas, habían terminado con la frágil unión entre Roma y Constantinopla. Las diferencias teológicas -primado del Romano Pontífice, purgatorio y procedencia del Espíritu Santo-, sumadas a las diferencias litúrgicas, de costumbres y de cultura, impidieron la unión, que hasta hoy no se ha logrado. Las Cruzadas agravarían la separación, especialmente la Cuarta en 1202. Sólo después del Concilio Vaticano II, el papa Paulo VI y el patriarca Atenágoras, levantaron aquellas excomuniones, y con Juan Pablo II se fortalecieron aún más las relaciones amistosas y fructíferas del Vaticano y las Iglesias Orientales. El título de “Su Santidad” dado al Papa, va acompañado del título “Su Beatitud”, para los patriarcas principales del cristianismo oriental.
Comentarios: No se puede decir que haya habido “una iglesia que se separó”, fueron DOS Iglesias que se separaron una de la otra, pero sólo en una quedó el Papa, sólo en una quedó la línea ininterrumpida de sucesores de San Pedro. En la otra no. El cristianismo oriental, aunque no acepta formalmente los dogmas promulgados por la Iglesia luego del Cisma, sí acepta informalmente muchas doctrinas reconocidas posteriormente. Por ejemplo, los patriarcas orientales rechazaron las innovaciones protestantes con la misma fuerza que lo hizo Roma. En lo tocante a María, las Iglesias orientales manifiestan una devoción equivalente a la católica, aceptando -no dogmáticamente-, la Inmaculada Concepción y la Asunción. La Iglesia Católica reconoce como válidos los sacramentos administrados por sacerdotes ortodoxos, y la apertura del Vaticano II ha permitido acercamientos fraternales con el cristianismo oriental.
Sin embargo: Por similares que sean (en lo dogmático), las Iglesias Católica y Ortodoxa, siguen sin ser iguales, siguen teniendo algunas diferencias, y el creyente se ve obligado a escoger, pues no puede ser católico y ortodoxo al mismo tiempo. Mi criterio para decidir es precisamente, fijándome si el Cristianismo Ortodoxo Oriental posee las 4 notas necesarias y mencionadas:
-¿Es UNA la Iglesia Ortodoxa Oriental?: NO. Existen nueve patriarcados en la Iglesia Cismática. El Primado de Honor es Constantinopla con sede en Estambul, el patriarcado de Alejandría, el de Antioquía, el de Jerusalén, el de Bulgaria, el de Georgia, el de Rumania, la Iglesia Rusa (la más numerosa), y la de Serbia. Mientras que el catolicismo tiene Un solo Papa, el cristianismo oriental tiene nueve Patriarcas. Cada iglesia es autónoma e independiente, luego no hay unidad de gobierno.
-¿Es SANTA la Iglesia Ortodoxa Oriental?: NO. Sus fundadores (Focio y Cerulario), no lo fueron. Es cierto que tampoco los legados del Papa lo eran, pero los legados no fundaron nada, y Cerulario sí lo hizo. El carácter rebelde y orgulloso de Cerulario impide que se le reconozca santidad. Los santos que reconoce la Iglesia Ortodoxa Oriental son santos producidos cuando aún los orientales eran católicos y obedecían al Papa. Después del Cisma, ya no produce Santos como los que son hijos de la Iglesia Católica.
-¿Es CATóLICA la Iglesia Ortodoxa Oriental?: NO. Su actividad misionera nunca ha sido notable, y sus fieles están concentrados en los Balcanes, en Turquía, y en los antiguos territorios soviéticos más centrales.
-¿Es APOSTóLICA la Iglesia Ortodoxa Oriental?: NO. Los orientales rechazan dos dogmas que la Cristiandad había aceptado durante 10 siglos antes del Cisma: La procedencia del Espíritu Santo y el primado del Papa. Sus pastores ya no siguen la línea ininterrumpida de los sucesores de los apóstoles.
...ASí PUES:
Soy católico, porque estudiando a la Iglesia Católica y a las Iglesias Ortodoxas Orientales, encuentro legítima y verdadera a la primera. Los mismos Padres Primitivos de Oriente, como San Cirilo de Alejandría, San Atanasio, San Basilio, San Juan Crisóstomo, permanecieron fieles a Roma. Seguiré esos ejemplos.
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El Cisma de Oriente fue una gran división de la Cristiandad... pero no del Cristianismo. En líneas generales, católicos y orientales creían lo mismo, veneraban con el mismo fervor y celebraban los mismos Sacramentos. No se trató de una División que implicara corrupción en la doctrina cristiana (los orientales rechazaron dogmas, pero no propusieron innovaciones en el cristianismo).
Lo que dividiría al Cristianismo, y fragmentaría catastróficamente a la ya dividida Cristiandad, iba a ser la llamada REFORMA PROTESTANTE. La Reforma fue una serie de episodios históricos que se dieron en el siglo XVI, iniciando en 1517.
Durante toda la Edad Media hubo herejías, pero siempre fueron minoría y medianamente heterodoxas. La Reforma resultó convertirse en mayoría, en algunos lugares, y además, bastante heterodoxa. El Siglo XVI, Siglo de Oro de España, vio esta gran Secesión del Cristianismo.
Ya en el siglo XV, en Inglaterra John Wycleff y en Bohemia Juan Huss, habían cuestionado varios importantes dogmas católicos, entre ellos la autoridad de la Iglesia, la necesidad de los Sacramentos y el culto a los Santos. Ninguna de estas herejías se difundió mucho, a pesar de que en esos momentos el catolicismo estaba muy revuelto por causa del Cisma de Occidente, terminado con el Concilio de Constanza -concilio que, dicho sea de paso, asentó que Juan Huss era hereje-.
Pero fue un monje agustino alemán, Fray Martín Lutero, quien inició la Rebelión a la que se refiere el título. Descontento por la predicación de las indulgencias en Alemania por el dominico Tetzel, Lutero cuestionó las indulgencias y el poder del Papa para otorgarlas; y formuló contra ellas 95 tesis, que publicó, desatando con ello una chispa de escándalo que ya nunca se apagaría. Fue una desgracia que el Papa León X no reaccionara de inmediato. Lutero empezó a propagar nuevas ideas suyas... cada vez más heterodoxas, hasta que fue llamado por sus superiores y sus ideas sometidas a examen. Lutero aceptó un enfrentamiento contra Juan Eck, uno de los teólogos más elocuentes y brillantes de la época, y en ese debate, Lutero fue perdiendo terreno hasta que se manifestó partidario de algunas ideas hussitas. Eck preguntó si el Concilio de Constanza se había equivocado al condenar a Huss, y cuando Lutero respondió que era posible que un Concilio errara, ya se cuestionaba directamente la autoridad de la Iglesia.
Excomulgado por el Papa, Lutero quemó la bula de excomunión, dando muestras de un espíritu insubordinado, y sus errores habían crecido lo suficiente para llamar la atención del entonces emperador Carlos V, quien lo citó a una Dieta en Worms. En ella, Lutero declaró que no se retractaba de sus ideas, y que no aceptaba ningún juicio autoritativo sobre su doctrina. Al final de la Dieta, Carlos V manifestó que sus antepasados habían vivido y muerto por la fe católica, señaló la soberbia pretensión de que durante 15 siglos toda la Cristiandad había errado, y por último declaró a Lutero hereje y desterrado del Imperio.
De ahí en adelante Lutero pasó a negar sistemáticamente doctrina tras doctrina, negó la autoridad del Papa, negó la sucesión apostólica, negó la justificación por Fe y Obras, para dejar solamente a la Fe, afirmó que la única autoridad en cuestiones de fe es la Biblia y solo la Biblia, interpretada libremente por cada individuo. Negó la doctrina de la Iglesia sobre los sacramentos, conservando sólo dos de ellos, el Bautismo y la Eucaristía, afirmando que en la Eucaristía, la sustancia del pan y la sustancia del Cuerpo de Cristo están juntas. Abolió el voto religioso de castidad, se casó con una monja, e inicuamente declaró idolátrico el culto a María y a los santos, aunque mantuvo fe en los dos dogmas marianos proclamados entonces: María Madre de Dios y Siempre Virgen. Por último, negó la existencia del Purgatorio, y con ello quedaban nulas las oraciones por los difuntos.
A Lutero lo sucedieron varios reformadores, uno de los más destacados fue Juan Calvino, francés de origen, y fundador del calvinismo, una de las tres ramas básicas del Protestantismo -el nombre tiene su origen en la Dieta de Espira de 1528, donde los príncipes luteranos protestaron contra el decreto imperial que prohibía la expansión de la nueva religión, y fueron llamados por elloprotestantes, mote que conservan los creyentes de las ideas de la Reforma hasta el día de hoy-.
Calvino difirió de Lutero en negar por completo la presencia sustancial de Cristo en la Eucaristía, admitiendo solo presencia espiritual, predicó la predestinación y creó un estado inquisitorial y metódico en Ginebra, ciudad donde murió en 1564.
Al luteranismo y al calvinismo siguió el anglicanismo, una religión entre católica y protestante, que tuvo su origen en el Cisma de Inglaterra en 1532, cuando el rey Enrique VIII, disgustado con el Papa Clemente VII porque no le había otorgado el divorcio de su esposa Catalina de Aragón, se erigió en Jefe de la Iglesia de Inglaterra, y ejecutó a cuantos no aceptaran su decisión. Víctimas de su persecución fueron John Fisher y Thomas More (canonizado).
Las consecuencias históricas de la Reforma fueron un empuje a la Iglesia para que abandonara su actitud dormida y corrupta del Renacimiento, pero significó también Guerras de Religión y divisiones permanentes: hoy mismo siguen surgiendo nuevas y diferentes sectas protestantes.
Comentarios: El protestantismo ha dado origen a sectas que ya no son cristianas, como los Mormones y los Testigos de Jehová, no hay un Credo reconocido por todos los protestantes, y su Teología también es bastante desordenada. Después del Concilio Vaticano II, la Iglesia Católica ha buscado acercamiento con los protestantes, y a finales del siglo ha surgido una corriente apologética católica pujante, que ha enfrentado a un moderno fundamentalismo protestante, que tiene, entre sus distintivos, el creacionismo científico y la fobia al Islam.
Nuevamente, siguiendo el criterio de las 4 notas, lo aplico al caso del Protestantismo, como se sigue:
-¿Es UNO el Protestantismo?: NO. Para empezar, ese principio de la interpretación libre e individual crea inumerables variaciones de exégesis. Cada quien cree lo que gusta y quiere, y así nunca habrá Unidad. Al rechazar la jerarquía eclesiástica, no hay Unidad de Gobierno en el protestantismo. Cada corriente, cada grupo, tiene sus propios líderes, pastores, ministros, "obispos", ancianos, etc. No tienen una sola forma de culto, sino que esta varía según la secta de que se trate.
-¿Es SANTO el Protestantismo?: NO. Hay tres ramas básicas del protestantismo, divididas a su vez en un número indefinido de ramas: Luteranismo, Calvinismo y Anglicanismo. Lutero, Calvino y Enrique VIII tenían muy poco de santos. Lo típico de Lutero fue el orgullo y la rebeldía. Calvino se distinguió por su severidad y su autocracia sanguinaria, y Enrique VIII fue muy promiscuo -tuvo 6 esposas- y ególatra: el Rey es el máximo jefe de la Fe en Inglaterra y el Papa es un estorbo para ello.
Una de las doctrinas más destacadas del protestantismo, es que Solo la Fe justifica, y las Buenas Obras no sirven para la Salvación: Esto significa que los crímenes y los excesos no son malos mientras se tenga fe... este tipo de ideas si algo no poseen, es Santidad. No hay Teología Moral en el protestantismo, no reconocen a los Santos, y con ello, pierden una valiosa colección de ejemplos a seguir. Otra cosa que demuestra que el protestantismo no tiene Santidad, es que no ha producido SANTOS asistidos por el milagro como prueba. Ningún protestante ha podido compararse con los Santos reconocidos y venerados por los católicos y los ortodoxos.
-¿Es CATóLICO el Protestantismo?: NO. No es católico en el tiempo, porque data del siglo XVI, en eso el catolicismo lleva ventaja, pues se remonta al siglo I. No es católico por la extensión. No hay ninguna congregación o corriente protestante que ocupe la mayoría en el globo terrestre. Hay protestantismo en buena parte del mundo, pero diferente en todas partes y por lo tanto, no-católico. No es católico por el número. Existen muchísimos más católicos que protestantes, y son más los lugares donde el catolicismo es mayoría, que donde es minoría. El protestantismo no "brilla" como el catolicismo. Cuando el Papa habla, el mundo lo escucha y la Historia lo conserva. No ocurre así con ningún líder protestante.
-¿Es APOSTóLICO el Protestantismo?: NO. Los reformadores vivieron, obraron y murieron en el siglo XVI, quince siglos los separan de los apóstoles. Es imposible admitir que los apóstoles hayan enseñado muchas, diferentes, y a veces contradictorias doctrinas, así que en cuanto a doctrina y culto, el Protestantismo no proviene de los apóstoles. Algo más demuestra que el protestantismo no es apostólico; ellos rechazan la Tradición de la Iglesia y dicen aceptar sólo la Biblia, con esto mandan a paseo a los Padres Primitivos, a la Teología de los primeros siglos y a los Concilios tempranos del cristianismo... ¿Qué mejor "táctica" para rechazar la doctrina apostólica?
...ASí PUES:
Soy católico, porque analizando el cristianismo protestante, lo encuentro dividido y apartado de la doctrina que enseña la Biblia y que proclamó el Cristianismo Primitivo. Faltan en él las notas que tiene la Iglesia Católica.
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- Tres Dominios: La Teología, la Mística y la Caridad
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Estos tres "dominios" desde luego que no son exclusivos de la Iglesia Católica, pero es notorio que entre las figuras más ilustres de la Teología, la Mística y la Caridad, se encuentran Santos, Santas, Beatos, Beatas, y personas católicas.
- Acerca de la TEOLOGíA:-Que es el estudio de Dios y de Sus Misterios-
La Teología siempre ha sido necesaria para las religiones, pero difícilmente se encontraría una Teología tan extensa, comentada, estudiada y profundizada como la Teología Cristiana. El cristianismo ha hecho de la Teología una Ciencia Sagrada reconocida en el campo profano, y se requiere de mucha preparación y estudio para entrar en el conocimiento teológico cristiano.
Sobre las tres grandes corrientes del cristianismo; Catolicismo, Ortodoxismo y Protestantismo, hay que fijarnos en la Teología que tengan, respectivamente. La Teología Católica y la Ortodoxa son muy similares. El punto teológico del Filioque, cuya discusión fue elemental en el Cisma, es una diferencia cuya gravedad sólo la pueden medir teólogos iniciados: Yo, desde luego, me abstengo de dar mi opinión al respecto por no tener preparación en cuanto a Teología.
Sinceramente marea ver el índice de cualquier libro de estudio católico de Teología, cito como ejemplo al Manual de Teología Dogmática, de Ludwig Ott, cuyo índice da una idea de que la Teología Católica es un MONUMENTO de profundidad, extensión y complejidad.
Tuve la ocasión de leer también el índice de materias de un curso teológico impartido en un Seminario Protestante Bautista... y lo encontré deficiente en comparación con el Manual de Ott. Comparando ambos, daría la impresión de que un Curso teológico protestante no es sino un cursillo, pues los temas que maneja son más dignos de un Catecismo Juvenil que de un Estudio de Teología. En comparación, la Teología Católica es mucho más extensa y orgánica.
Vamos a nombres propios: Los mejores teólogos del cristianismo han sido católicos: Citemos los nombres de San Agustín de Hipona, San Pedro Crisólogo, San Alberto Magno, San Jerónimo, San Juan Damasceno, San Juan Crisóstomo, San Hilario de Poitiers, San Anselmo de Canterbury, Santo Tomás de Aquino, San Antonio de Padua, Teilhard de Chardin, etc. De estos, Santo Tomás de Aquino es reconocido en el ámbito profano como una figura genial del Medioevo, y su Suma Theologica es reconocida entre las obras más importantes y profundas de la Civilización Humana. No conozco mucho del método teológico protestante, pero tengo motivos para suponer que es inferior al método católico, y la prueba está en: -el escaso renombre de sus teólogos -en la simpleza de los tratados teológicos protestantes -en sus propias doctrinas, de la cual Sola Scriptura, al enunciar que "la Biblia es la máxima autoridad en cuestiones de fe", anula por sí misma toda disertación teológica que se quiera seguir -aún a partir de la Biblia-.
- Acerca de la MíSTICA:-Que es la Elevación del Espíritu por el pensamiento sobre Dios-
Hay que distinguir entre Mística y Fervor. Entre muchas comunidades protestantes -especialmente adventistas-, se utiliza una técnica psicológica muy efectiva para "encender" a los fieles, y es excitar el sentimentalismo y sensibilidad de las personas, por medio de Cánticos o dinámicas grupales -me ha tocado ver por televisión algunos de estos eventos, donde las personas se emocionan, lloran, cantan con los ojos cerrados, se desmayan; un ambiente de fervor sentimental-.
También leyendo testimonios de ex-protestantes, he encontrado casos de quienes se salieron de sectas que recurrían a este tipo de técnicas, admitiendo que "sentían muy bonito" de estar ahí, y fueron otras razones las que los convencieron de retornar a la Iglesia Católica. O bien al contrario, personas que eran católicas, pero que al asistir a un culto protestante "sintieron muy lindo", y esa sensación fue su primer paso para abandonar el catolicismo.
La Mística es muy distinta. Es solitaria, reflexiva, silenciosa, es un encuentro con Dios en total intimidad, y que culmina en lo que se llama Trance o éxtasis. Muchos santos y beatos católicos pasaron por este tipo de experiencias, llegando a manifestaciones especiales como la Levitación, la Transfiguración, etc.
El misticismo es más fácil de practicar en el catolicismo que en el protestantismo, y es que el catolicismo acepta la vida contemplativa, monástica, mientras que el protestantismo la rechaza. Probablemente, la ausencia de vida monástica haya sido la causa del moderno sentimentalismo protestante...
Y nuevamente, los más grandes místicos del cristianismo han sido católicos, de ellos, por citar un ejemplo, Santa Teresa de ávila y San Juan de la Cruz están reconocidos como personajes insignes de las Letras Españolas, dejando estampada su Mística en la Poesía. También tenemos a Santa Teresita de Lisieux, San Francisco de Paula, San Francisco de Asís, San José de Cupertino, San Pascual Bailón, Santo Domingo Savio, San Juan María Vianney, Santa Gema Galgani, Santa Bernardita Soubirous, etc.
El asunto con la Mística tiene importancia, pues se trata de una relación especial con Dios que no cualquiera consigue. Se requiere una devoción muy profunda y una capacidad de reflexión que pocas personas tienen; a este respecto, lo que tiene de Mística la Iglesia Católica me ha asombrado. En ninguna iglesia oriental o protestante he visto casos semejantes.
- Acerca de la CARIDAD:-Que es prodigar el bien al prójimo, por el solo hecho de serlo-
En cuanto a la Caridad, no vamos a suponer que sólo la practican los católicos. Desde luego que no. Instituciones caritativas las hay tanto católicas como protestantes, aunque las primeras gozan de mayor antigüedad y extensión, citemos nombres propios: San Juan de Dios, San Vicente de Paúl, Santa Luisa Marillac, San Juan Bautista de la Salle, San Camilo de Lelis, etc.
Mi punto, sin embargo, es buscar el origen de la Caridad, ya sea católica, ortodoxa o protestante. En este caso, católicos y ortodoxos reciben de sus respectivas Iglesias el MANDATO específico de practicar la Caridad. Esto no ocurre del mismo modo en el Protestantismo.
Recordemos la doctrina protestante de Sola Fide, según la cual las Buenas Obras no son necesarias para "ser salvo", y no es obligatoria por lo tanto la práctica de la Caridad. En contraste, la Iglesia Romana inclusive nombra las obras básicas de la Caridad, y al promover el ejercicio de la misma, se da pie a una mayor fraternidad. El protestantismo, al fijarse en el "ser salvo", que cada individuo debe procurar para sí, no impide, pero sí disminuye, esta efusión de hermandad y mutua ayuda. Y es conveniente recordar que la Caridad no significa "ayudar a los del mismo credo", sino también ayudar a los que tienen creencias distintas a las nuestras: la Caridad no es sólo ayuda económica o material, sino también apoyo moral, psicológico y pedagógico: escuchar al que necesita hablar, consolar y aconsejar a quien tiene problemas, enseñar al que no sabe, etc.
...ASí PUES:
Soy católico, porque encuentro en la Iglesia Católica las mejores manifestaciones de la Teología, la Mística y la Caridad, todas necesarias en una religión que pretenda dirigirse a todo el género humano, para su bien espiritual.
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Este tema podría ocupar varios volúmenes, pues cada caso de Aparición o Milagro requeriría un estudio aislado, reuniendo las pruebas y/o elementos que le den circunstancias, y así se pueda emitir una opinión al respecto. Sin embargo, aquí pretendo hacer algunas observaciones generales sobre el fenómeno de "que haya" Apariciones y/o Milagros.
-¿Qué son las llamadas "Apariciones"?: Es la manifestación (visual ordinariamente), de Dios, de la Virgen María, de ángeles o Santos a una persona, en ocasiones para darle algún mensaje, en otras ocasiones simplemente para "ser visto", y que se dé testimonio de su avistamiento. Hay que añadir sobre el tema, que las Apariciones son fenómenos que pocas religiones fuera del cristianismo proclaman. Nunca he sabido que los budistas prediquen Apariciones de Buda, o los musulmanes Apariciones de Mahoma o de Alá; el judaísmo antecesor del cristianismo sí creyó en la verdad de las Apariciones, tales como las de Yahvé (en forma de Zarza Ardiente, en forma de Voz, etc.), o de ángeles, o de profetas (como la aparición de Samuel a Saúl).
En el ámbito cristiano, es el catolicismo nuevamente el que más Apariciones reporta; aunque el Magisterio Eclesiástico es inusualmente cauteloso al momento de recibir noticias de Apariciones -tan es así, que pese a las muchas apariciones de María que se cuentan, la Iglesia reconoce formalmente sólo 3: Guadalupe, Fátima y Lourdes-. Y no es solamente la Virgen la que se aparece, también es Cristo, o algún santo, ya sea en sueños o en completa consciencia. Igualmente, en el catolicismo se reportan muchasapariciones diabólicas; que llevan consigo el intento de TENTAR o CONFUNDIR, y que se doblegan ante la Invocación de Dios o de María.
Ahora bien, el Protestantismo proclama Apariciones un tanto sensacionalistas, Joseph Smith proclamó la aparición del ángel Moroni y fundó la Iglesia Mormona, Eusebio Joaquín González afirmó haber oído la voz de Dios y fundó la Iglesia Luz del Mundo, los primeros líderes de la Watchtower, Rusell y Rutherford, también afirmaron haber experimentado apariciones. Sin embargo, el Protestantismo, al carecer de Unidad de Gobierno, no tiene reglas o criterios para determinar la Veracidad o Falsedad de una supuesta aparición, y precisamente por eso, muchos "iluminados" terminan fundando su propia "Iglesia Cristiana".
Reflexionemos sobre este punto, muy interesante: Las apariciones reportadas como "católicas" favorecen la conversión al cristianismo y la unificación religiosa, así ocurrió con la Aparición de la Virgen de Guadalupe en México, que avivó la conversión de los indios. Las apariciones de Lourdes reforzaron la fe cristiana en pleno siglo de Racionalismo y Positivismo. Las apariciones de Fátima hablaron contra el Comunismo Soviético, pidiendo la conversión para la causa de la paz mundial.
Y por el contrario, el tipo de Apariciones en el protestantismo justamente fomenta la división, el sectarismo, la ruptura.
-¿Qué son los llamados "Milagros"?: Son casos en los que las Leyes Naturales se rompen, dando origen a situaciones inexplicables para la Ciencia. La Biblia Cristiana refiere una importante cantidad de milagros, más numerosos en el Nuevo Testamento que en el Antiguo, y el mismo Cristo promete que EL MILAGRO es una señal que acompañará a los que prediquen el Evangelio. Esto ya nos da bases para suponer que donde hay milagros -milagros verdaderos- está la verdadera palabra de Dios.
Nuevamente, los milagros distinguen al cristianismo de otras religiones, especialmente porque en el cristianismo se mencionan Milagros de muchos tipos y clases, curaciones inexplicables, levitación, resurrección, bilocación, don de lenguas, inmunidad al veneno, dominio sobre animales, el fuego, el agua, invisibilidad, etc.
Y el milagro es, nuevamente, clásico en la Iglesia Católica, dando testimonio de hechos portentosos en las vidas de Santos y Santas, Beatos y Beatas. Sería muy crédulo aceptar como Milagros todo cuanto se refiera en la vida de Santos y Santas, o en casos como los Milagros Eucarísticos, pero tampoco se puede descartar fácilmente el peso de tantos testimonios de milagros como hay en el catolicismo. En comparación con el ortodoxismo oriental y el protestantismo, la Iglesia Católica exhibe muchos más testimonios de milagros, y entre los milagros modernos, muchos han sido examinados a la luz de la Ciencia Humana, que en algunos -no en todos- los casos, dictamina que allí hay algo que escapa de los alcances de la Ciencia, y merece el nombre de sobrenatural.
Debo declarar algo: Yo personalmente tiendo a ser escéptico al escuchar de algún "milagro"; lo que son Vidas de Santos Católicos, no pongo en duda los que tuvieron público o testigos, sobre los que fueron privados, y ocurrieron por narraciones personales, me mantengo al margen. Pero soy más escéptico en cuanto a los milagros "corrientes", casi vulgares, que se anuncian ahora casi a diario, y que me parece, rebajan el carácter extraordinario del milagro, y por eso mismo muchos escépticos niegan la posibilidad del milagro ante la "facilidad" con que se reportan estos.
Los milagros como los que reporta el catolicismo, son manifestados a través de personas -Santos y Beatos-, y por eso mismo pienso que el protestantismo no reporta milagros de esa especie, y es que el protestantismo pretende proclamar "santos" a todos los creyentes, y niega un estado especial de santidad al que se deba aspirar. No aspirando a él, ningún protestante puede convertirse en un equivalente de los Santos Católicos canonizados, y desde luego, no puede aspirar tampoco a obrar un milagro -como un instrumento del poder de Dios-.
...ASí PUES:
Soy católico, porque es en Catolicismo donde más abundan las Apariciones y manifestaciones de DIOS, a través de la Virgen María, ángeles o santos, y los MILAGROS, señal que Cristo prometió acompañaría a Su Iglesia (Marcos 16:17-18).
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- Siete Sacramentos para los fieles
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Las Iglesias Católica Romana y Ortodoxas Orientales afirman y practican 7 Sacramentos. El Cisma -como ya hemos dicho-, no implicó diferencias teológicas significativas, y todos los ortodoxos orientales creen en 7 Sacramentos, que son los mismos que enseña la Iglesia Católica en cualquier elemental catecismo: Bautismo, Confirmación, Reconciliación, Extremaunción, Eucaristía, Orden Sacerdotal y Matrimonio. Actualmente, los protestantes reconocen 2 "Sacramentos": Bautismo y Cena del Señor, aunque tales "Sacramentos" son distintos a como los entienden católicos y ortodoxos. Sin embargo, en la Reforma hubo numerosas variaciones en cuanto al número y significado de los Sacramentos, y el Concilio de Trento se vio obligado a hacer hincapié en que el número de Sacramentos es 7. No voy a abordar aquí el fundamento bíblico-teológico de dichos 7 Sacramentos, pues como indico al principio de este artículo: esto no es Apologética, sino una serie de motivos personales. Por lo mismo el artículo no fue publicado en la sección "Apologética", sino en "Artículos". Voy a contemplar Sacramento por Sacramento, explicando de este modo el por qué creo que el Cristianismo auténtico debe reconocer y practicar dichos 7 Sacramentos:
-Bautismo: Que es el sacramento de iniciación cristiana. Muchos protestantes afirman que no es correcto bautizar a los niños, "porque no tienen la capacidad de escoger o rechazar el catolicismo". Claro está. Pero con la aplicación de este Sacramento, los padres y padrinos del bautizado quedan obligados a educarlo en la fe cristiana, y el bautizado queda "inscrito" por el sacramento en las filas de la Iglesia Católica, pudiendo con ello acceder a otros Sacramentos.
Esto sin contar los frutos del bautismo, entre los cuales está el lavamiento del pecado original, y con ello, el acceso a la Gracia Santificante.
-Confirmación: Se trata ahora de si el bautizado, ya con criterio y visión más maduras, acepta o rechaza a la Iglesia Católica. Por el Sacramento de la Confirmación, el católico afirma su decisión de seguir siendo católico, y de comprometerse a defender y predicar la Palabra de Dios. A esto se unen los 7 Dones del Espíritu Santo recibidos por este Sacramento: Sabiduría, Entendimiento, Piedad, Consejo, Fortaleza, Ciencia y Temor de Dios.
-Eucaristía: El más central de los Sacramentos. Por este Sacramento se entiende participar del Cuerpo y Sangre de Cristo, por las especies de Pan y Vino consagrados en la Santa Misa. La razón de este Sacramento es principalmente comunicar la Gracia Divina y fortalecer el espíritu de quien lo recibe. La promesa de Cristo de dar Vida Eterna al que participe de este Sacramento, lo hace elemental para la vida cristiana.
-Reconciliación: Un Sacramento muy necesario, dada nuestra condición pecadora, y también llamado Penitencia o Confesión. Consiste en el examen de uno mismo, el arrepentimiento, nuestro propósito de enmienda, confesión de los pecados al sacerdote, para recibir de él amonestaciones y consejos, y posteriormente la Absolución, con la cual quedan perdonados nuestros pecados ante Dios, siendo el sacerdote el instrumento de dicho Perdón.
-Extremaunción: Para los enfermos graves; muchas enfermedades impedirán al enfermo confesar sus pecados y/o comulgar. Entonces, la Unción de los Enfermos toma el lugar de aquellos, comunica la Gracia y el perdón de los pecados, con lo cual prepara al moribundo para ir al Cielo.
-Orden Sacerdotal: Este sacramento imprime una potestad espiritual como la que Cristo confirió a Sus Apóstoles al darles poder de predicación, de confesión, de consagración eucarística, de aplicación de la Extremaunción, etc. Con ello, el sacerdote pertenece, además del sacerdocio común de todos los fieles, a un sacerdocio ministerial y de servicio espiritual a la comunidad.
-Matrimonio: El sacramento que une a un Hombre y una Mujer ante Dios, en unión que sólo la muerte disuelve. Este sacramento significa el surgimiento de una Familia Cristiana, vengan o no vengan hijos.
Ahora, en líneas generales, estos 7 Sacramentos son auxiliadores y necesarios, no para cada individuo sino para la Iglesia en conjunto, así:
Por el Bautismo, se incorporan nuevos cristianos a la Iglesia y a la educación en la fe, por la Confirmación, los bautizados deciden seguir las enseñanzas que se les han inculcado. La Eucaristía comunica la Gracia y la comunión con Dios durante toda la vida, mientras uno la reciba. Por la Reconciliación el pecador vuelve a la Gracia de Dios. Para auxilio de los moribundos graves, laExtremaunción borra los pecados y confiere la Gracia, para una muerte santa. Para la existencia de pastores que dirijan espiritualmente a la comunidad, está el Orden Sacerdotal, y finalmente, el Matrimonio une a laicas y laicos en forma de Familia.
A lo largo de toda la vida, y para toda la Iglesia, los 7 Sacramentos le dan Gracia y significado a sus actos, compromiso formal ante Dios y la Iglesia, y auxilio ante el pecado.
...ASí PUES:
Soy católico, porque en el catolicismo tengo opción de acceder a los Sacramentos mencionados, que desde mi punto de vista, son de elemental necesidad para la Iglesia. Donde no los hay (protestantismo y sectas), no hay la abundancia de Gracia que estos confieren. Yo he recibido Bautismo, Confirmación, Eucaristía y Reconciliación, y he sentido, en numerosas ocasiones, efectos notables de dichas recepciones.
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- Flechas que rebotan contra el Escudo
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Cedí a una debilidad literaria para este título, pues la metáfora de las flechas rebotando en el escudo, se refiere a los aspectos morales, ortodoxos e intransigentes de la Iglesia Católica, en cuanto a algunos puntos muy debatidos actualmente. Y en los medios de comunicación masiva, desde hace ya varios años, se ha estado criticando fuertemente a la Iglesia Católica por cosas como: oposición absoluta al Aborto, rechazo de las bodas entre homosexuales, rechazo de la Clonación, rechazo de los Anticonceptivos, rechazo de la Eutanasia, firmeza en cuanto al estado célibe de los sacerdotes, dificultades inusuales para conceder el Divorcio Eclesiástico, limitación del Orden Sacerdotal a los hombres, oposición a las relaciones sexuales prematrimoniales y extramatrimoniales, denuncia de los errores de la New Age, etc.
En la sociedad moderna, todos estos "progresos" se han puesto de moda desde el siglo pasado. Existen países donde las leyes civiles han legalizado el aborto. Holanda, Bélgica, España y Canadá autorizan el matrimonio civil entre personas del mismo sexo, se han escuchado voces disidentes que piden a la Iglesia aceptar varias de estas prácticas -citemos como ejemplo a las autollamadasCatólicas por el Derecho a Decidir-. Pero de balde. Todas las flechas que son disparadas, rebotan contra el Escudo de la Ortodoxia Católica. La Iglesia ha sentado repetidas veces su postura, y más ahora que es Papa Benedicto XVI, famoso por su radical apego a la moral católica.
Y no se crea que la Iglesia es CERRADA y no cede en nada. Hay peligros en ceder posiciones, y esto se demostró con el Concilio Vaticano II, que abandonó algunas posturas que resultaban obsoletas, no sólo socialmente, sino también pastoralmente. Se aceptó el uso de las lenguas vernáculas para la Misa, la participación activa de los laicos en la Evangelización, y el diálogo con otras religiones (todo eso antes inexistente). Y por este tipo de cosas, ya han habido cismas menores, como el de Lefevre, el del "Papa" Pío XIII, los "católicos antiguos", que pretenden seguir las tradiciones tridentinas reformadas por el Vaticano II. Si por estos motivos hubo diferencias y separaciones, ¿Qué podríamos esperar si la Iglesia aceptara las "innovaciones" de estos principios de siglo XXI?
Hacemos notar que ni el Aborto, ni las bodas homosexuales, ni la Clonación, ni el matrimonio de clérigos, ni la Eutanasia, ni todas las otras prácticas citadas, son Necesidades Pastorales; se trata, concedemos, de asesinato de niños en el vientre de sus madres, de caricaturizar la familia con "2 padres" o "2 madres", de matar a los enfermos en contra del juramento hipocrático, de fomentar la división familiar aceptando el Divorcio, de convertir a la especie humana en blanco de "experimentos científicos" por clonadores, de abandonar, en fin, los Valores de Castidad, Obediencia, Fidelidad, Respeto, etc.
Esta oposición tajante, tan criticada por muchos, no es una oposición ciega/terca. La Iglesia tiene Teología Moral, tiene teólogos y personas que estudian cada caso, cada práctica, y con ellos la Iglesia obtene una conclusión, que no siempre puede ser favorable. El tipo de prácticas a las que hemos hecho alusión, no pueden considerarse formativas o benéficas: una sociedad que legalice (y el colmo, que promueva) aborto, bodas homosexuales, eutanasia, divorcio, etc., está condenada a quedarse sin su base principal: la familia, y con ello, su destino es la extinción.
Otro punto que debemos reflexionar... ¿Quién podría confiar en una Iglesia que aceptara TODO lo que se le propusiera y pidiera?, ¿Cómo se podría confiar en la Iglesia, si esta no aplicara criterios para DETERMINAR lo que es aceptable y lo que no lo es?, una Iglesia que aceptara cualquier idea, por descabellada que fuera, no merecería ninguna credibilidad.
Entre los atacantes de la Iglesia, muchos presumen de ser incrédulos y convencidos de sus ideas... pues bien, la Iglesia es el mismo caso: no se traga cualquier píldora que le pongan enfrente, y está también convencida de sus ideas (ideas que -es bueno decirlo-, tienen añejo abolengo de 20 siglos).
...ASí PUES:
Soy católico, porque la Iglesia Católica es un baluarte de defensa de los Valores y la Sociedad: rechaza toda práctica que implique problemas con la dignidad humana, por muy solicitadas que estas sean. Creo que la Iglesia ofrece fundamentos morales y sociales suficientes y necesarios en toda sociedad que quiera ser fuerte.
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