LA BONDAD DE DIOS HACIA LOS ANIMALES.

LA BONDAD DE DIOS HACIA LOS ANIMALES.

La Bondad de Dios hacia Los Animales

Génesis 2:19-20ª“El Señor Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adam para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adam llamó a los animales vivientes, ese es su nombre. Y puso Adam nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo.”
No pretendemos dar todas las citas bíblicas relacionadas con la bondad de Dios hacia las bestias, pero si las que nos parecen más importantes para saber cuál es la actitud del Señor hacia los animales y los mandamientos encomendados al hombre:
Génesis 1:21, 24: El término “néfesh jayá”, “un ser vivo”, “un alma viviente”, se aplica tanto al hombre como a los animales.
Génesis 1:28: El mandamiento de sojuzgar la tierra comprende el enseñorearse o dominar sobre los animales e implica custodia y no despotismo.
Génesis 1:29-30: La dieta original de Dios para el hombre como para los animales fue vegetariana.
Génesis 7:1-5: Dios cuida de su Creación, y eso comprende a los animales.
Génesis 9:2: Se le concede al hombre, debilitado después del Diluvio de los días de Noé, permiso para comer la carne de los animales sin su sangre.
También se explica que esto conllevaría reemplazar la armonía entre los humanos y las bestias por el alejamiento causado por el miedo.
Génesis 9:9-10: El pacto de Dios comprende también a los animales.
Éxodo 20:8-10; 23:12: El descanso lo decreta Dios tanto para los hombres como para los animales. (Ver también Deuteronomio 5:14).
Éxodo 23:5: Dios ordena aliviar el sufrimiento animal. (Ver también Números 22:32).
Levítico 18:23: Dios preserva al hombre de caer en la perversión y conserva la dignidad del animal.
Levítico 22:27-28: Aunque es permitido matar animales en concesión a la debilidad humana y a las prácticas primitivas de aquellos tiempos, Dios impone restricciones para evitar en lo posible el sufrimiento de las bestias, para imbuir en los humanos un sentimiento de piedad hasta llegar a la comprensión de que no es necesario matar a los animales.
La prohibición de sacrificar al ternero delante de su madre muestra la enseñanza del Señor respecto al sufrimiento de los animales. 
No hay diferencia entre el sufrimiento del hombre y los seres vivos emparentados a nosotros, como mamíferos superiores, por cuanto el amor y la ternura de la madre por su cría no es producto de la razón sino del sentimiento, y esta facultad existe no sólo en el hombre sino en la mayoría de los seres vivos.
Levítico 25:6-7: El producto natural de la tierra durante el reposo del año séptimo ha de servir tanto para el hombre como para los animales.
Números 22:21-34: Este texto ha sido el fundamental para que Israel entendiera la prohibición divina de afligir a los animales con sufrimientos.
Deuteronomio 5:14: Los animales, como las personas, tienen derecho al día de reposo.
Deuteronomio 8:7-10: No aparece la carne de los animales entre los frutos de bendición que el Señor promete a su pueblo en la tierra promisoria.
Deuteronomio 11:15: Dios no permite que el hombre coma o beba antes de haber primero alimentado a sus bestias.
Deuteronomio 22:6-7: No se puede atrapar al ave madre y a su cría el mismo día. Y si mostramos compasión a la madre, se nos promete larga vida.
Deuteronomio 22:10: No permite Dios que animales de distinta especie trabajen juntos en la misma tarea porque el animal más débil sufriría al intentar alcanzar al más fuerte.
Deuteronomio 25:4: No permite el Señor que se les ponga bozal a los animales durante la trilla, por cuanto están ayudando a los humanos a cosechar frutos de la tierra, la cual es del Señor, y, por lo tanto, tienen derecho a participar de esos frutos.
Salmo 40:6; 50:9-23: Esta es la actitud del Señor respecto al sacrificio de animales.
Salmo 104:14-23: Este es uno de los pasajes por los que los sabios antiguos de Israel entendieron que el Señor pensó originalmente que el hombre fuera vegetariano u ovo-lacto-vegetariano.
Proverbios 12:10: El Señor mide el corazón del hombre por el trato que éste da sus animales.
Eclesiastés 3:19-22: El espíritu del hombre y el espíritu de los animales vienen del mismo lugar y ambos van hacia el mismo lugar. El hombre no tiene ventaja en este sentido. 
Isaías 1:11-17; 66:3-4: De nuevo vemos la actitud del Señor hacia los sacrificios. (Ver Jeremías 6:20; 7:22-28).
Isaías 11:6-9; 65:17-25: La profecía apunta hacia que en la era mesiánica, el hombre volverá a ser vegetariano u ovo-lacto-vegetariano, como al principio, y reinará de nuevo la paz y la armonía.
Isaías 55:12: Toda la Obra de Dios –no podemos imaginar los montes y los collados sin la fauna- celebrarán la alegría de la Nueva Creación, de los Nuevos Cielos y la Nueva Tierra.
Ezequiel 34:2-5: A través de las Escrituras se presenta a Dios como el Buen Pastor, cuyo ejemplo los humanos hemos de seguir en su trato a las personas y a los animales. Moisés y David, e incluso Jacob, son educados por Dios como pastores.
Daniel 1:8-16: Daniel da ejemplo de que una dieta sin carne es más sana.
Oseas 2:18: La visión profética es de vuelta a la armonía entre los seres humanos y los animales.
Oseas 6:6; 8:13: Dios afirma de nuevo la actitud del amor misericordioso por encima de los sacrificios, y el conocimiento de Dios en vez de los holocaustos. (Ver Mateo 9:13; 12:7).
Amós 5:21-24: El Señor llega a aborrecer los sacrificios de su pueblo, por cuanto su corazón anhela la justicia para sus hijos. 
Jonás 4:11: La preocupación de Dios por  el bienestar de los animales se expresas aquí con suma claridad.
Miqueas 6:6-8: El Señor, que en un momento histórico de gran primitivismo introdujo un sistema sacrificial parecido al de los pueblos circunvecinos de Israel, con la excepción de los sacrificios humanos, espera que su pueblo los supere por la bondad, la justicia, la misericordia y la humildad.
Lucas 2:1-7: Jesús nace en un pesebre, entre animales, en medio de una Belén repleta de gente. 
Mateo 6:25-26: Valemos mucho más que las aves de los cielos (Génesis 1:26-27), pero Jesús nos las pone como ejemplo.
Mateo 10:29; Lucas 12:6: El conocimiento de Dios abarca incluso a sus criaturas menores.
Mateo 9:13; 12:7: Al menos dos veces citó Jesús el texto de Oseas 6:6.
Mateo 21:1-11: Jesús no separa al pollino de su madre. (Zacarías 9:9).
Zacarías 14:20: La presencia de animales en el Reino de los Cielos es evidente.
Apocalipsis 19:11: Aun más en este texto, donde se nos muestra a Jesús victorioso volviendo en un caballo blanco en el Gran Día de Dios.
1ª Corintios 15:44-49: Pablo no se sonroja al mostrar la realidad de nuestro cuerpo natural, emparentado en la escala zoológica con las bestias.
Romanos 8:19-22: Toda la Creación que gime y espera ser liberada, lo cual comprende también a las bestias.
Apocalipsis 22:20-21: ¿Estamos preparados para la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo? Apocalipsis 22:13-14.
Amén.

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