Los animales tienen también en la Biblia un amplio uso literario.

Son de destacar los nombres de animales que designan metafóricamente a las tribus en las bendiciones de Jacob (Gen 49) y de Moisés (Dt 33), el águila, alegoría de Nabucodonosor (Ez 17), las maravillosas descripciones del libro de Job (38-41), las deliciosas metáforas del Cantar, el uso figurado de la oveja y el cordero que preparan las alegorías del Cordero de Dios y del Buen Pastor (Ez 34; lo 10, 1-18).

Entre los animales tomados individualmente, se destacan, por su uso litúrgico, mesiánico o profético:

• El becerro, objeto de la famosa apostasía del Sinaí (Ex 32) y que, como símbolo de Yahwéh y a semejanza de las representaciones idolátricas paganas basadas en la imagen de la fuerza, recibió culto en los santuarios de Betel y Dan (Os 8, 5), duramente censurado por los profetas (Am 4; Os 2);
• El carnero y el macho cabrío, muy usados en los sacrificios (Gen 15; Gn 22, Ex 29.), y, en sentido figurado, símbolos del jefe o guía (Ex 15,. Ez 34, Zach 10) o de los imperios que se enfrentan (Dan 8)
• El león, que como símbolo de fuerza y poder representa a Yahwéh, a Jesús (Apc 5, 5)
• El caballo, ampliamente conocido como animal de guerra y de aquí muy usado en las descripciones de batallas apocalípticas (Zach 6,  Apc 6, Apc19:)
• El asno, muy usado en la vida diaria y que, al haber sido desplazado en la guerra a falta de caballo, sirve de símbolo como montura humilde y pacífica del Mesías, como aprendemos en Zacarías 9, 9:   

¡Regocíjate sobremanera, hija de Sion! ¡Da voces de júbilo, hija de Jerusalén! Tu Rey viene a ti, Justo y dotado de salvación, Humilde, montado en un asno, En un pollino, hijo de asna.