Hoy amanecí con un regalo de Dios. Acabo de llegar a un centro de misión y espiritualidad que tenemos en el Pico de Orizaba. En continuidad con el artículo del miércoles "Encontrar a Dios en las cosas sencillas de la creación"  descubrí esta escena en un rincón del centro:

Ante algo así brota espontáneo el cántico del hermano sol de San Francisco de Asís:

Omnipotente, altísimo, bondadoso Señor, 
tuyas son la alabanza, la gloria y el honor; 
tan sólo tú eres digno de toda bendición, 
y nunca es digno el hombre de hacer de ti mención.

Loado seas por toda criatura, mi Señor, 
y en especial loado por el hermano sol, 
que alumbra, y abre el día, y es bello en su esplendor, 
y lleva por los cielos noticia de su autor.

Y por la hermana luna, de blanca luz menor, 
y las estrellas claras, que tu poder creó, 
tan limpias, tan hermosas, tan vivas como son, 
y brillan en los cielos: ¡loado, mi Señor!

Y por la hermana agua, preciosa en su candor, 
que es útil, casta, humilde: ¡loado, mi Señor! 
Por el hermano fuego, que alumbra al irse el sol, 
y es fuerte, hermoso, alegre: ¡loado mi Señor!

Y por la hermana tierra, que es toda bendición, 
la hermana madre tierra, que da en toda ocasión 
las hierbas y los frutos y flores de color, 
y nos sustenta y rige: ¡loado, mi Señor!

Y por los que perdonan y aguantan por tu amor 
los males corporales y la tribulación:
¡felices los que sufren en paz con el dolor, 
porque les llega el tiempo de la consolación!

Y por la hermana muerte: ¡loado, mi Señor! 
Ningún viviente escapa de su persecución;
¡ay si en pecado grave sorprende al pecador!
¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!

¡No probarán la muerte de la condenación! 
Servidle con ternura y humilde corazón. 
Agradeced sus dones, cantad su creación. 
Las criaturas todas, load a mi Señor. Amén.

En el directorio franciscano encuentran un buen artículo de Giovanni Pozzi o.f.m.cap. para profundizar en este cántico. 

Ojalá que durante las vacaciones todos encontremos espacios de silencio para oxigenar el espíritu en contacto con la naturaleza: huella de la belleza de Dios.

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