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NI UNO ES OLVIDADO
El relato bíblico del diluvio también ilustra el amor de Dios por los animales. Y Jesús enfatizó el amor que Dios siente por todo lo que creó cuando dijo: “¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos está olvidado delante de Dios” (Lc. 12:6).
Dios nos ha dado potestad sobre las criaturas de Su reino, y podemos ejercitar esa potestad por medio de la oración. Al orar, recibimos ideas para ayudar a cuidar de cualquier mascota o animal que es especial para nosotros y por el cual sentimos genuino cariño.
Curación
Cuando sepas de algún animal que tenga necesidad de curación, recuerda que el espíritu divino obra en toda criatura. Dios, con Su poder sana desde un ave pequeñita hasta el más grande de los animales, del mismo modo como nos sana a nosotros. Puedes confiar en que la vida de Dios que creó todo ser viviente también restaurará su salud.
Al orar, guarda estas palabras en tu corazón:
“Tú eres una creación amada de Dios. Su vida, amor y fortaleza fluyen ahora por todo tu ser restaurando tu salud y bienestar.”
Ten fe en que el poder sanador de Dios sanará a su perfección natural al animalito por el que oras.
Animalito perdido
Cuando hayas perdido una mascota querida, visualízala envuelta en el amor de Dios y bajo Su cuidado. Recuerda que cada animal tiene en sí el instinto dado por Dios de buscar alguien que le provea protección, alimento y cuidado.
El amor de Dios mora en toda persona. Ten fe en que es así. Afirma que tu querida mascota encontrará a alguien que posea el tiempo, el conocimiento y la buena disposición de cuidar de ella y protegerla. Confía en que la persona que encuentre tu mascota será inspirada divinamente a tomar la acción correcta.
Al orar, mantén este pensamiento:
“Tú eres una criatura divina obediente y amorosa. Eres guiada al lugar correcto rápida y seguramente.”
Cuando nuestra mascota muere
El gran cariño que sentimos por nuestros animales es muy real y natural, y cuando perdemos a una mascota querida sentimos gran dolor. Cuando eso ocurre, el entregar nuestros sentimientos a Dios en oración, y saber que Dios cuida por siempre toda Su creación, nos proveerá consuelo. Al orar según dejas ir a tu querida mascota, el tener presente que ella gozará eternamente del inmenso amor de Dios, dará paz a tu alma. Mantén estas palabras en tu corazón al orar:
“Tú eres una creación amada por Dios, y yo te pongo ahora con amor en Su cuidado y guarda.”
Dios ama todas sus criaturas, así que cada vez que te preocupes por un animalito querido, recuerda entregárselo a Dios. Sin importar cuál sea la necesidad, la mayor bendición que tú puedes ofrecer es orar con fe y amor.
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