¿Perros Vs. Religión? Segunda parte.
En la primer parte de esta sección dedicada a la relación del perro con las religiones (con la intención de profundizar sobre la historia de los mismos), mencionamos el concepto que tienen de éste animal dentro del judaísmo. Ahora es el turno del cristianismo.
En general, el cristianismo heredó algunas actitudes negativas del judaísmo hacia los perros; de todos modos se observan algunos relatos positivos en versiones populares de enseñanzas religiosas.
Por ejemplo, una curiosidad existe dentro de un relato en Granada, que dice que tres perros guiaron a tres pastores hasta Belén, donde encontraron al niño Jesús y tuvieron la oportunidad de contemplarlo. Los perros se llamaban Cubilon, Lubina y Melampo. Algunos autores comentan que en Granada muchas personas ponen estos nombres a sus perros como signo de buena suerte.
También se observan cantidad de santos cristianos relacionados con perros. Así encontramos la leyenda de santa Margarita de Cortona (ver imagen izquierda)quien habla de una hermosa campesina que vivía en Italia central que, a los diecisiete años, fue seducida por un joven noble. La devota Margarita vivió con su amante nueve años, durante los cuales le dio un hijo, pero su idilio terminó de manera abrupta un día, al desaparecer su amante. El perro de éste, sin embargo, nunca dejó de buscar a su amo, hasta que por fin encontró su cuerpo asesinado. Fue a informarle a Margarita, la tomó del ruedo del vestido y tironeó hasta que ella lo siguió hasta el lugar donde estaba el cadáver. Desolada, Margarita regresó al hogar de su familia, donde fue rechazada debido a su relación “pecaminosa e inmoral” con el noble. En penitencia ella se hizo monja y llevó una vida de extrema piedad, que con el tiempo la condujo a la santificación. El perro permaneció a su lado toda la vida, como compañía y consuelo. Las representaciones artísticas tradicionales de Santa Margarita por lo general incluyen un perro que le tira de la falda o que está a su lado con una correa.
Otro santo citado en los relatos cristianos es San Patricio, donde las historias contadas en relación a éste intentan mostrar como los perros reaccionaban ante la santidad del mismo. Es decir, que intentan mostrar el poder que tenía el santo antes de intentar indagar sobre las características de los canes.
Muchos autores dicen que otros santos colocan al perro en una situación de “admiración”, es decir, para lograr que las personas admiren a sus mascotas caninas. Por ejemplo, el conocido San Roque (ver imagen central), cuya vida fue salvada por el fiel perro que le llevó pan y lo cuidó cuando estaba enfermo de la peste. Con respecto a esto ultimo, quién no escucho la frase popular que dice:“San Roque, San Roque, que éste perro no me mire, ni me toque”Por mas cómico que suene, popularmente muchas personas encuentran una utilidad a esa frase y la pronuncian cuando tienen miedo ante un perro desconocido que puede amenazar con morderlos.
En el siglo XIX encontramos la historia de San Juan Bosco (ver imagen derecha), quién por ese entonces se dedicaba a dar asilo, rehabilitación y educación a jóvenes sin hogar. Fue así que para continuar con su labor, creó la orden salesiana. Cierta vez un perro enorme, mestizo, de color gris apareció misteriosamente para comenzar a ser “guardaespaldas” de Don Bosco. Lo llamaban Grigio. Un día Juan caminaba por una de las calle del vecindario, en Turín, donde de repente apareció un asaltante, que agarró al santo y exigió su dinero. Como éste no tenia dinero, el ladrón se puso agresivo e intento matar a Juan con un cuchillo. Fue en ese momento que apareció Grigio, quién se arrojó contra el cleptómano y lo derribó. A partir de ese momento en adelante, el perro siempre estaba cerca cuando Juan corría peligro. Cuentan los relatos en torno a esta historia que Grigio siempre aparecía en momentos de necesidad y luego desaparecía durante algunos días. Era guardián y compañero de Juan. Con el tiempo, cuando las cosas para este santo comenzaron a marchar mucho mejor, Grigio ya no tenia de qué cuidarlo. Fue entonces que una noche, se aproximo a Don Bosco, lamió su mano, apoyo una de sus patas delanteras sobre la rodilla de su amigo y luego, silenciosamente se retiró, desapareciendo en la oscuridad del lugar. Nunca se lo volvió a ver. Muchos seguidores de la historia lo llamaron “el perro capaz de prever el futuro”.
Concluyendo, una vez más, podemos apreciar con éste tipo de relatos religiosos, la necesidad del ser humano de “humanizar” u otorgarle “dotes fantásticos” al perro para incluirlo en su vida, valorarlo o respetarlo.
Considero que la especie humana debería respetar a los canes y demás especies por el sólo hecho de habitar el mismo mundo, sin magnificar ni minimizar su comportamiento sino mas bien conocerlos, aceptarlos y respetarlos tal como se presentan. Son perros, ni más ni menos.
¿Porque se empeñan muchos amos en que sus perros hagan sus necesidades en su propio baño? ¿O que duerman con ellos? Si nos remontamos a los orígenes de los mismos, podemos advertir que no existe nada más natural para el animal que estar a la intemperie en un espacio donde correr(me refiero con esto al patio de una casa, bajo ningun aspecto hablo de la calle), hacer sus necesidades, alimentarse y claro esta, con algún lugar para repararse del frío, calor y/o lluvia. No encerremos a nuestros animales en nuestras casas, procuremos respetar su habitad natural dentro de nuestras posibilidades, sin que eso signifique descuidarlos.
Considérelo, se puede, es posible.
Invito a los señores lectores a la reflexión.
Creado por: Lorena VarelaFuentes consultadas:
- “La fabulosa inteligencia de los perros” de Stanley Coren. Editorial Atlántida.
- Imágenes por Google
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