Santos ecológicos

Santos ecológicos

En la edad media no existía una conciencia ecológica, los imperios colonialistas (Gran Bretaña y España) estaban involucrados en sus guerras y las pugnas religiosas. Sin embargo aparecieron personas que buscaron proteger la naturaleza, por ser parte de Dios. Aquí un resumen de sus vidas.
San Francisco de Asís, es un santo italiano católico, diácono, fundador de la Orden Franciscana y de una segunda orden conocida como Hermanas Clarisas, ambas en la Edad Media. De ser hijo de un rico comerciante de la ciudad de Asís en su juventud, pasó a vivir bajo la más estricta pobreza y tratando de seguir el ejemplo de Jesucristo, mediante el estudio de los evangelios de la Biblia. En Egipto, intentó infructuosamente la convertir a los musulmanes al cristianismo. San Francisco hablaba con los animales, inclusive se preocupaba cuando los campesinos mataban a los lobos que habitaban en Europa en esa época. Muchos reyes y señores feudales lo consideraban loco por preocuparse por los animales, pues no consideraban a la naturaleza como parte de Dios. Por este motivo es el Santo de los Veterinarios y los Ecologistas. San Francisco tuvo una vida religiosa austera y simple, por lo que animaba a sus seguidores a hacerlo de igual manera. Tal forma de vivir no fue aceptada por algunos de los nuevos miembros de la orden mientras ésta crecía; aun así, Francisco no fue reticente a una reorganización. Es el primer caso conocido en la historia de estigmatizaciones visibles y externas. Fue canonizado por la Iglesia Católica en 1228, y su festividad se celebra el 4 de Octubre.
San Martín de Porres Velásquez O.P., es un santo católico peruano de la orden de los dominicos. Fue el primer santo negro de América y es patrón universal de la paz. Conocido también como "el Santo de la escoba" o "Fray Escoba" por ser representado con una escoba en la mano como símbolo de su humildad. En 1594 y por la invitación de Fray Juan de Lorenzana, famoso dominico y teólogo, entró en la Orden de Santo Domingo de Guzmán bajo la categoría de "donado", es decir, como terciario por ser hijo ilegítimo (recibía alojamiento y se ocupaba en muchos trabajos como criado). Así vivió 9 años, practicando los oficios más humildes. Fue admitido como hermano de la orden en 1603. Perseveró en su vocación a pesar de la oposición de su padre, y en 1606 profesó los votos de pobreza, castidad y obediencia En el convento, Martín ejerció también como barbero, ropero, sangrador y sacamuelas. Su celda quedaba en el claustro de la enfermería. Todo el aprendizaje como herbolario en la botica y como barbero hizo de Martín un curador de enfermos, sobre todo de los más pobres y necesitados, a quienes no dudaba en regalar la ropa de los enfermos. Su fama se hizo muy notoria y acudía gente muy necesitada en grandes cantidades. Su labor era amplia: tomaba el pulso, palpaba, vendaba, entablillaba, sacaba muelas, extirpaba lobanillos, suturaba, succionaba heridas sangrantes e imponía las manos con destreza. En Martín confluyeron las tradiciones medicinales española, andina y africana; solía sembrar en un huerto una variedad de plantas que luego combinaba en remedios para los pobres y enfermos. Debió de empezar su labor como enfermero entre 1604 y 1610. San Martín tuvo la reputación sobre el control de la naturaleza, las plantas germinaban antes de tiempo y toda clase de animales obedecían sus órdenes. Uno de los milagros más conocidos de su vida es que hacía comer del mismo plato a un perro, un ratón y un gato en completa armonía.

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