El pueblo judío utilizó su condición de elegido para dar rienda suelta al orgullo y la arrogancia, fue infiel al pacto establecido con Dios y caminó de fracaso en fracaso.El nuevo pueblo de Dios nace y crece sobre el perdón que Él nos ofrece gratuitamente y por eso reconoce su condición humilde. De Dios sólo recibimos gracia tras gracia, don tras don.Esta Eucaristía es prueba de ello, pues en ella el propio Hijo de Dios, en Carne y Sangre, se nos ofrece como regalo de vida.Pbro. John Dalffer SalazarDirectorPEREIRA - COLOMBIA2012
Leer más…
Comentarios