A falta de ultimar las nuevas matriculaciones, desde la Delegación Episcopal para la Enseñanza Católica valoran de forma muy positiva los datos referentes a la asignatura de Religión y moral católica. El 77 por ciento de los alumnos de primaria y secundaria de los centros educativos de la provincia de Almería recibirán clases de Religión. En este curso académico que acaba de comenzar se impartirán 70 horas más de Religión en los centros de primaria con respecto al curso pasado. El delegado Episcopal para la Enseñanza Católica, Ignacio López Román, asegura que “esto pone de manifiesto que los padres de los alumnos de primaria eligen mayoritariamente que sus hijos reciban clases de Religión, lo cual es una buena noticia”. En cuanto a los datos referentes a educación secundaria, también son positivos puesto que habrá una ampliación de entre 12 y 15 horas, aunque se mantendrá el número de profesores con respecto al curso anterior en 67. No ocurre lo mismo en primaria donde el número de profesores se amplía en 11, de ellos 5 son nuevas incorporaciones y el resto vienen a cubrir las vacantes de docentes que han opositado.

Pese a los datos positivos arrojados por la Delegación Episcopal para la Enseñanza Católica, lo cierto es que la asignatura de Religión y quienes la imparten encuentran constantes trabas en su labor por parte de las administraciones competentes -en el caso de educación primaria es el Ministerio de Educación y en secundaria, la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía-. En este sentido, Ignacio López Román señala que “cuando se solicita en el mes de julio a las administraciones la ampliación del número de horas de la asignatura de Religión, los trámites se largan inexplicablemente durante meses, lo que provoca que cuando comienza el curso los alumnos de esta asignatura no cuenten con profesor. Esto se traduce en malestar por parte de los docentes que tienen que cubrir a los profesores de Religión y de los padres que ven cómo sus hijos no reciben sus clases. Hay quien piensa que la culpa es del Obispado, pero debo aclarar que es la administración competente la que genera este problema”.

Otro de los problemas que crean las administraciones está relacionado con las bajas de los profesores de Religión. Según López Román “hemos tenido casos durante el curso pasado en los que se ha tardado mes y medio en poder cubrir una baja de dos meses. Es incomprensible que los alumnos pasen este tiempo sin recibir sus clases, que los profesores del centro tengan que hacer horas extras para cubrir la vacante y que el profesor sustituto en vez de trabajar durante dos meses, trabaje dos semanas”. Por otro lado, el papel de las asignaturas alternativas a la Religión también la están dañando puesto que la legislación deja un margen amplio y “no se está jugando con honestidad con la Religión. Hay casos en los que se proponen como alternativa clases de refuerzo, cuando eso por ley no está permitido”.

El delegado Episcopal para la Enseñanza Católica lamenta que con estas trabas se intente desprestigiar la asignatura de Religión y solicita que “las administraciones normalicen el comienzo del curso para todas las asignaturas, y también, por supuesto, para Religión, ya que la Iglesia no está pidiendo un trato de favor, sino que se respete el derecho de los padres y de los alumnos a recibir con normalidad equiparable al resto de las asignaturas, la asignatura de religión que legítimamente han elegido”.

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