En la mayoría se oferta la asignatura, bien como opcional u obligatoria con posibles exenciones, y la nota tiene efectos académicos, aunque no en todos cuenta para la media
En Finlandia, el país europeo más envidiado por su nivel educativo, se estudia Religión como una asignatura más obligatoria en los cursos que se corresponden con la Primaria y la Secundaria española y como tal cuenta para la media académica como las demás.
«A los finlandeses les parece una dimensión humana más que no se puede negar», asegura el psicólogo y pedagogo Javier Melgarejo, experto en el sistema educativo finlandés. «No existe esa lucha que hay en España», añade antes de explicar cómo los finlandeses creen que sin cultura religiosa no se puede entender su sociedad, el porqué de su historia, de su música o de su arte.
El contenido de la asignatura consiste en un conocimiento de la religión de su comunidad (luterana u ortodoxa) y unos rudimentos sobre el resto de las religiones. «Se explica la dimensión y el papel de la religión en su cultura y en su país, que es mucho menos confesional que España», resume el exdirector del colegio Claret de Barcelona.
A partir de lo que aquí sería 1º de la ESO, continúa Melgarejo, «se enseñan otras religiones para que puedan entender el mundo en el que viven porque quieren que sus niños sean el día de mañana ciudadanos globales».
La asignatura de Religión «no es una catequesis», añade el experto en la educación finlandesa. «Está enfocada a desarrollar la tolerancia y el conocimiento de la dimensión espiritual de la persona como un hecho natural». Aunque existen unos mínimos pactados con las iglesias luterana y ortodoxa, éstos «son muy mínimos», continúa.
El profesor «no es un religioso que viene al colegio de fuera, sino uno más del claustro, quizá su propio tutor», según el experto en el sistema finlandés, que resalta el hecho de que en las universidades públicas del país se enseña Teología.
«Los finlandeses ven normal dar Religión y les parecería extraño quitarla. Su historia, su música, su arte... surge de un contexto y si no, no se entiende», añade.
En los cursos superiores se imparte además una asignatura deÉtica. Gracias a este sistema, Finlandia aparecía en un lugar destacado en el al estilo de PISA valorando en este caso el componente ético y las actitudes cívicas de los alumnos europeos. A juicio de Melgarejo, «esto demuestra que una enseñanza de calidad implica, además de unas competencias altas en matemáticas, comprensión lectora o conocimiento científico, unos valores éticos y cívicos».
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