Asunción de la Virgen

Distintas advocaciones, distintas imágenes pero la misma fiesta, la misma celebración y la misma madre. El día 15 de agosto, solemnidad de la Asunción de María a los cielos, cientos de municipios españoles celebran las fiestas grandes del año.

 

No en vano llamó Juan Pablo II a España "tierra de María". La Virgen parece mantenerse en el corazón de los pueblos y de las personas a pesar de la ola de secularización que invade los países occidentales. La Virgen de la Paloma, la Virgen Grande, la Virgen de la Antigua en Almuñécar, Nuestra Señora de Castru en Asturias, Nuestra Señora de Begoña, Santa María de Guía... y decenas de advocaciones más pueblan ciudades y aldeas para honrar ese día, hace 63 años, cuando Papa Pío XII proclamó el dogma de la Asunción de Santa María Virgen.

 

Y no solo en España. En Costa Rica celebran el día de la Madre. En Guatemala, Paraguay y Nicaragua el día de la patrona del país. En Venezuela la Virgen de la Consolación. En Bolivia Virgen María de Urkupiña. La devoción a la Asunción de la Virgen atraviesa fronteras, culturas y lenguas y une a la cristiandad en su amor por la Madre de Dios. Es una celebración en la que también los ortodoxos y anglicanos se suman, aunque no siempre el mismo día.

 

El Papa Juan Pablo II se refirió a este don tan singular el 2 de julio de 1997 diciendo: "El dogma de la Asunción afirma que el cuerpo de María fue glorificado después de su muerte. En efecto, mientras para los demás hombres la resurrección de los cuerpos tendrá lugar al fin del mundo, para María la glorificación de su cuerpo se anticipó por singular privilegio".

 

Todos los años, especialmente en los pueblos se repiten las tradiciones de este día de la Virgen. La procesión con la imagen de María es una de ellas que pocas personas del lugar se pierden. Los que trabajan fuera buscan esos días de fiesta para pasar en casa y los fieles riegan de flores su imagen de la Virgen. La diversidad de esculturas de la Asunción demuestran cómo el arte unifica un mismo sentimiento y un mismo hecho permitiendo la variedad de tradiciones y de formas de venerar a la Madre de Dios. En Teziutlán, Méjico la Virgen lleva este día un velo de 60 metros que permite que los teziutecos caminen debajo de él simbolizando la protección de María. También reparten una manzana como signo que une la tradición del lugar y el símbolo de la fe. El Villena, Alicante, se preparan para la fiesta de la Virgen de las Virtudes. En su honor son las fiestas de moros y cristianos y también las comparsas. En otros lugares existe la tradición de repartir flores que simbolicen cada una una virtud de la Virgen que el receptor de la flor pueda imitar. Rezar el rosario en familia es otra de las costumbres milenarias de esta fiesta tan especial.

Fuente: religionconfidencial.com

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