En el anteproyecto de ley que prepara la ministra de Educación, la Religión se queda fuera de las asignaturas de Primaria, ESO y Bachillerato. La Lomce, por el contrario, la incluía como específica en los dos primeros niveles y a escoger en el tercero. Los acuerdos con la Santa Sede establecen que sea equiparable al resto de disciplinas fundamentales.
Qué pasará con la asignatura de Religión en la nueva ley de educación que prepara el Gobierno sigue siendo un misterio.
La ministra Isabel Celaá compareció en la Comisión de Educación en el Congreso este miércoles tras la petición del Partido Popular, Unidos Podemos y Ciudadanos para que explique el anteproyecto para modificar la Lomce, más conocida como «Ley Wert» aprobada por los populares en 2013.
Consultada sobre la ausencia de la asignatura de Religión en el anteproyecto, Celaá dijo que sí estaba.
La realidad es que no se la menciona explícitamente. En los artículos dedicados a la organización de la Educación Primaria, ESO y Bachillerato la Religión no figura junto al resto de asignaturas. «Creo que es el peaje que el PSOE tiene que pagar por estar con Podemos. Jamás en la vida un partido socialista fue tan sectario con la Religión como hasta ahora», denunció ya en otra ocasión Pedro José Caballero, presidente de la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (Concapa).
La asignatura solo se menciona en el anteproyecto en la disposición adicional segunda y, exclusivamente, para aludir a la supresión del apartado 3. ¿Qué dice la disposición adicional segunda sobre la Religión?
El contenido de la LOE (ley aprobada por los socialistas en 2006 y que se quiere recuperar ahora) y de la Lomce es similar: «La enseñanza de la religión católica se ajustará a lo establecido en el Acuerdo sobre Enseñanza y Asuntos Culturales suscrito entre la Santa Sede y el Estado español. A tal fin, y de conformidad con lo que disponga dicho Acuerdo, se incluirá la religión católica como área o materia en los niveles educativos que corresponda, que será de oferta obligatoria para los centros y de carácter voluntario para los alumnos y alumnas», señalan ambos textos en su apartado 1.
Al mantenerse los apartados 1 y 2 de la disposición podría interpretarse que siguen vigentes y, en ese caso, sí se tiene en cuenta la Religión en el anteproyecto, tal como sostiene Celaá.
El problema es que dejar esta asignatura apartada del resto, podría suponer un tratamiento distinto de la misma en relación al resto de materias. Los acuerdos suscritos con la Santa en 1979 establecen que la Religión tendrá un tratamiento «equiparable a las demás disciplinas fundamentales». El concepto de "equiparable" es un tanto indeterminado, depende del Gobierno o, en su caso, del Tribunal precisar lo que se considera "equiparable". «Parece obvio que "equiparable" es "análogo" o "similar" al tratamiento que pueden tener otras asignaturas como Matemáticas, Literatura o Ciencias Naturales. Si, en el peor de los casos, no se la quiere igualar a estas debería tener, al menos, un tratamiento similar o análogo a otras como Música, Plástica, etc», explica Luis Centeno, secretario general adjunto de Escuelas Católicas.
El hecho de que la Religión se deje en una disposición adicional lleva a pensar en una regulación posterior, a través de, por ejemplo, un Real Decreto. «Esto le daría al Gobierno la capacidad de fijar el desarrollo práctico de la asignatura, sin necesidad del mínimo respaldo parlamentario».
El contenido de esa regulación posterior se desconoce. Sin embargo, en el documento de propuestas para la modificación de la Lomce, publicada el pasado 8 de noviembre, el Gobierno señala su intención de que la Religión deje de ser una materia en Bachillerato, que no compute para la nota media en los accesos a la universidad o becas y que se elimine su alternativa.
Fuente: ABC.es
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