DIFERENCIA ENTRE ENSEÑANZA RELIGIOSA ESCOLAR (ERE) y CATEQUESIS

ENSEÑANZA RELIGIOSA ESCOLAR

CATEQUESIS

1. La ciencia de la religión se hace presente en el ámbito escolar para prestar un servicio a la finalidad pedagógica: la maduración del ser humano.

1. Las Ciencias de la educación se hacen presente en el ámbito eclesial para prestar un servicio a la finalidad pastoral: hacer posible y madurar la fe de los creyentes.

2. La Enseñanza Religiosa pretende la INTELIGENCIA DE LA FE: qué significado tiene esta fe para el sentido total de la existencia, tanto individual como comunitaria.

2. La Catequesis pretende la EXPERIENCIA DE LA FE: entablar una relación de amistad personal con el Dios de Jesucristo, abriéndose a la acción del Espíritu y formando parte de la comunidad cristiana.

3. La inteligencia de la fe persigue:

* hacernos a nosotros mismos la fe razonable razonable (como sentido último de la vida).

* poder dar razón de la fe a los demás (expresándola en el lenguaje de nuestra cultura).

* ejercer una función crítica en el campo de la cultura (confrontar la fe con otros "saberes").

3. La experiencia de la fe persigue:

* interpretar toda la realidad desde su vivencia (aspecto dogmático).

* celebrarla comunitariamente (aspecto litúrgico).

* vivir en consecuencia con su opción fundamental (aspecto ético-moral).

4. La Enseñanza religiosa intenta aportar al ser humano una dimensión de profundidad a su experiencia: MIRA AL CREYENTE (o simpatizante) como EDUCANDO.

4. La Catequesis intenta el encuentro personal con Dios en la profundidad de la experiencia humana: MIRA AL EDUCANDO como CREYENTE (o simpatizante).

5. Los destinatarios de la E.R.E. pueden ser:

creyentes: contribuye indirectamente a su maduración religiosa.

simpatizante: contribuye a su posible acceso a la fe.

5. Los destinatarios de la Catequesis pueden ser:

creyentes: tiende a madurar su experiencia inicial de fe (catequesis propiamente dicha).

simpatizantes: tiende a iniciarlos en la experiencia básica de la fe (proceso catecumenal).

6. Responsables: el Gobierno y las Jerarquías religiosas.

6. Responsables: Toda la comunidad cristiana.

La Enseñanza Religiosa Escolar y la Catequesis de la Comunidad Cristiana tienen ámbitos distintos, diversa fuente de iniciativa, distinta intencionalidad en los destinatarios, objetivos diferenciados, pero las dos se necesitan y complementan.

50 Preguntas a la enseñanza de la Religión Católica en la escuela

Fuente: http://www.stenobsur.es

OTROS:

DIFERENCIA ENTRE CATEQUESIS Y ENSEÑANZA RELIGIOSA ESCOLAR


A - Semejanzas y diferencias entre Catequesis y enseñanza escolar de la Religión

Catequesis y enseñanza religiosa escolar coinciden en que ambas son una enseñanza o instrucción. Coinciden también en la estructura de sus fines: ambas poseen una finalidad de orden estrictamente individual y una finalidad de orden social.

La Enseñanza Religiosa Escolar

Difieren sin embargo, en cuanto a la naturaleza del fin individual. Mientras que la Catequesis pretende incrementar y profundizar la adhesión personal a la fe religiosa, la enseñanza religiosa se propone el descubrimiento y la aceptación de la individualidad personal.

También difieren en cuanto a la naturaleza del fin y objetivo social. La catequesis se propone la integración del creyente en su comunidad religiosa (su Iglesia). La enseñanza de la Religión intenta la plena integración del individuo en la sociedad, mediante la asunción de su papel o su rol social y la interiorización de las reglas que presiden su desarrollo.

Como consecuencia se da también una diferencia en cuanto al sujeto de ambos tipos de enseñanza. El sujeto de la catequesis (aquél a quien ésta se dirige) es necesariamente una persona que ya tiene una “adhesión a la fe” y busca profundizarla y madurarla. Es decir, el sujeto de la catequesis es ya un creyente. Por el contrario, aquél a quien se dirige la enseñanza religiosa no tiene por qué ser, en principio, creyente.

El contenido u objeto de la enseñanza es también diferente en ambas formas de la enseñanza de la Religión. Mientras que el contenido de la catequesis es la realidad sobrenatural, tal como se demuestra a través de las mediaciones religiosas, el contenido de la enseñanza escolar de la Religión son las mediaciones, en cuanto construcciones culturales que reflejan la experiencia religiosa de un sector de la sociedad en el presente o en el pasado.

Es obvio que el método debe ser también diverso en ambos modelos de enseñanza. En común tienen el ser métodos activos. Pero esta misma cualidad es la causa de su diferenciación. Mientras que la actividad de la enseñanza catequética se refiere a procesos de relación con la misma divinidad, en cuanto presente en la existencia humana, la relación con los contenidos de las mediaciones en la enseñanza escolar de la Religión es una relación de empatía cultural, sin que ello quiera decir que, por parte del individuo, permanezca cerrada a otras posibilidades de relación. En la catequesis, el método es de participación religiosa en la

La Enseñanza Religiosa Escolar

fe, en el culto y en la acción moral. En la enseñanza escolar de la Religión, el método es de relación empática con las mediaciones.

Finalmente diremos que las diferencias entre Catequesis y enseñanza escolar de la religión parecen limitarse a modos de proceder. Esto no es así. Han sido inicialmente expuestas de este modo porque el lenguaje operativo es el más concreto y el que mejor presenta la claridad de los hechos. Sin embargo, estas diferencias aunque resultan más relevantes no son las más significativas.

En cuanto al modo externo de proceder en la enseñanza no es otro, sino la manifestación de diferencias más profundas. En concreto, las diferencias de fondo afectan a: la identidad de la Pedagogía religiosa, a la visión de la Religión y a la identidad del profesor de Religión.

B - Identidad de la Pedagogía Religiosa

Hasta que la Conferencia Episcopal Española publicó en junio de 79 el Documento sobre la enseñanza de la Religión en la Escuela, la única enseñanza religiosa conocida, incluso en la escuela, era la Catequesis.

Conviene saber que la Pedagogía y Didáctica de la Religión se denominaban hasta hace pocos años Pedagogía catequística, Catequética o Metodología de la catequesis. Son nombres diversos pero que estudian la misma realidad: la educación en la fe en sus distintas formas. El nombre completo de esta ciencia que sistemáticamente rige la enseñanza religiosa es el de Teología Pastoral Catequética. Es decir, se trata de una Pedagogía regida por los supuestos de la Teología. Cuando la Catequética establece las leyes pedagógicas de la Catequesis, nos habla de leyes que nacen de indiscutibles supuestos teológicos.

Los cambios en el concepto de catequesis han originado los cambios de nombre en el saber o saberes que la estudian. Durante mucho tiempo se ha considerado y limitado la catequesis a una instrucción elemental de los niños en la fe cristiana dentro de la parroquia. Hoy por catequesis se entiende la educación de las múltiples dimensiones que tiene la vida cristiana, abarcando todas las edades, desde niños a adultos, y sin limitarse a la parroquia, pues se incluye también la familia, escuela, asociaciones...

El desarrollo de la enseñanza religiosa escolar y su distinción con la catequesis de la comunidad cristiana o catequesis parroquial han tenido un gran impacto en la Pedagogía y Didáctica de la Religión, pues ha aportado ideas, métodos y experiencias del mundo escolar a la catequesis parroquial, aunque también tenga el inconveniente de que la educación en la fe en la escuela y en la parroquia parezcan ser dos mundos completamente distintos, cuando en realidad tienen muchos lazos comunes e intentan lo mismo: educar la fe de los cristianos.

La enseñanza religiosa hace referencia a una visión más global de los problemas, aborda el tema de cómo educar en la fe (es decir, en la religiosidad popular, en las creencias y costumbres) y en la vida cristiana. La Catequesis se centra en un campo más limitado, como enseñar la Religión y Moral Católica, es decir, cómo enseñar la fe y la vida cristiana.

Ahora bien, en la enseñanza escolar de la Religión, al desaparecer el supuesto de la opción de fe en el alumno, y al cambiar, como consecuencia, los objetivos de la enseñanza, no fue posible contar ya con los supuestos teológicos para sistematizar los procesos de enseñanza. Por el contrario, sus ocupaciones y sus principios vendrán dados por las estructuras que rigen la labor pedagógica de la institución escolar.

1 - Los Objetivos

Los objetivos de la enseñanza escolar, que son la individuación de la persona y su inserción en la sociedad, no son de orden teológico, sino que forman parte de los fines generales de la educación y caen, por tanto, bajo los supuestos de la Pedagogía.

Los objetivos de la catequesis (maduración en la fe e incorporación a la Comunidad cristiana) sí son de orden teológico, y sus leyes pueden ser establecidas con legitimidad por la Teología.

2 - Los Contenidos

Aunque el contenido u objeto que se transmite en la catequesis y en la enseñanza religiosa escolar sean materialmente los mismos el objeto formal, es decir, el punto de vista desde el cual se transmiten, es notablemente diferente. En la catequesis, los contenidos se transmiten desde el punto de vista de la confesión de la fe, como contenidos de fe que posee el sujeto. En la enseñanza religiosa escolar, los contenidos se transmiten en cuanto contenidos de cultura, que son los contenidos propios de la transmisión escolar.

Es lógico, pues, que la regulación de la transmisión de contenidos en la catequesis sea realizado por la Teología. Mientras que las leyes de la Pedagogía son las que rigen la transmisión de los contenidos culturales, atendiendo a supuestos que le son propios.

3 - Los Agentes

En cuanto a los agentes del proceso educativo, las diferencias entre catequesis y enseñanza religiosa escolar nos llevan también a descubrir el perfil de una nueva identidad en la Pedagogía religiosa.

En efecto, el primer agente de la transmisión catequética es la comunidad cristiana, y el catequista es el delegado de esta comunidad para realizar la función de transmisión de la fe a los que han de ser educados en ella. Por otro lado, el agente primero de la transmisión cultural es la sociedad, y el maestro es el agente encargado por la sociedad de realizar la función transmisora.

Le corresponde pues a la Pedagogía, y no a la Teología, determinar la identidad y el perfil activo de los agentes transmisores de la enseñanza religiosa escolar.

4 - Los Medios

Es evidente que la catequesis cuenta con sus propios medios específicos orientados a que el mensaje que se transmite haga madurar en la fe al sujeto. La participación litúrgica y el compromiso moral se encuentra entre estos medios. La Teología pues, debe regir la aplicación de estos medios. Por el contrario, es la Pedagogía y la Didáctica a quienes corresponde regular los medios de transmisión de los contenidos culturales en la escuela.

5 - El currículo escolar de la Religión

La Pedagogía religiosa tiene dos modos propios de trabajar según los dos objetivos marcados: primero, describir los pasos que han de llevar a la plena integración de la enseñanza de la Religión al currículo escolar, desde los supuestos propios de la institución escolar, tal como demanda el documento de junio de 79 DCG. En segundo lugar, la descripción de este método supone, al mismo tiempo, presentar la sucesión de pasos metodológicos para definir el contenido de la enseñanza de la Religión en cada una de las etapas educativas por las que transcurre la escolaridad del niño.

Las fuentes del currículo, tal como se definen en el actual quehacer pedagógico son las siguientes:

·  - Fuente epistemológica

Conocer la estructura y el desarrollo lógico de la ciencia que se transmite. La ciencia que es objeto de transmisión es el contenido de la Religión y, en el caso de la Religión cristiana, el mensaje cristiano en cuanto objeto de transmisión didáctica.

La Pedagogía entra en diálogo con el mensaje cristiano como una tarea que le es propia. A la Pedagogía le interesa “la estructura y el desarrollo lógico”, datos que le son aportados por la epistemología aplicada a cada una de las ciencias que son objeto de la enseñanza.

Es decir, la Pedagogía estudia el hecho religioso cristiano “desde fuera”. Como un fenómeno que está ahí, y que trata de analizar para descubrir su estructura y las conexiones lógicas que existen entre sus diversos elementos.

·  - Fuente psicológica

Corresponde también a la Pedagogía establecer la adecuación entre las estructuras y desarrollo lógico de la ciencia que se transmite y la naturaleza y secuencias de las estructuras mentales del sujeto del aprendizaje.

En la enseñanza religiosa ha existido con frecuencia el criterio de que lo importante no es que el niño entienda los conceptos que se le transmiten, sino que los aprenda bien, porque ya más adelante los entenderá. Naturalmente, la expresión confunde el concepto de aprendizaje con el de simple memorización. Tal concepción no es válida para la Pedagogía actual. Quién reconoce que hay cosas que el niño ahora no entiende pero que entenderá más adelante, está reconociendo un principio que es fundamental para la Pedagogía: que las estructuras del pensamiento del niño, de su inteligencia, aún no están totalmente formadas.

Pues bien, si la Pedagogía estudia las estructuras y el desarrollo del mensaje cristiano, como de cualquier otro contenido de una ciencia que haya que transmitir, estudia también las capacidades o estructuras mentales del conocimiento que posee el niño en cada etapa de su desarrollo. Y esto lo hace con una finalidad: la de ver qué estructuras del Mensaje cristiano corresponden a las estructuras mentales del niño en cada edad.

Aquí también se muestra la Pedagogía religiosa con identidad propia, independientemente de la Teología, pues su criterio en la transmisión de los contenidos del mensaje cristiano no responde a la cuestión de “cuáles son las verdades más importantes”, sino a las de “cuáles son las verdades adecuadas a las estructuras mentales” o capacidades de conocimiento del niño.

·  - Fuente pedagógica

La Pedagogía tiene también como misión la creación y perfeccionamiento de instrumentos desencadenadores de acciones de aprendizaje, o instrumentos didácticos.

La Pedagogía, como hemos visto, establece la adecuación entre unas estructuras y otras, pero, tiene que buscar el modo como debe realizarse el encuentro entre el niño y el mensaje cristiano. Del mismo modo que estudia el modo como ha de realizarse el encuentro entre las estructuras mentales del niño y cualquier contenido de la ciencia que se quiere transmitir. Este encuentro se realiza de modo adecuado gracias a los instrumentos didácticos.

En la catequesis, el encuentro del niño con los contenidos del mensaje cristiano se produce, sobre todo, en el ejercicio de la fe. Se presentan los contenidos mediante acciones simbólicas en las que el niño participa. Por lo que, la liturgia sería un instrumento didáctico de la catequesis.

No obstante, los instrumentos didácticos para la enseñanza religiosa escolar han de provenir de supuestos estrictamente pedagógicos, que surjan como fruto de la confrontación de las estructuras de contenidos y de las estructuras del pensamiento.


C - Visión de la Religión

La nueva identidad de la Pedagogía religiosa trata de sistematizar la enseñanza religiosa escolar, por lo que, los supuestos son de orden pedagógicos o didácticos. Decir esto supone que el profesor debe realizar un esfuerzo para comprender los contenidos religiosos desde una perspectiva distinta a la que no se encuentra habituado.

El creyente, en efecto, se halla familiarizado con los contenidos religiosos como con una parte de sí mismo. El mundo religioso es para él un mundo real, intensamente vivido en un acto de fe. Desde los meridianos del mundo religioso, organiza el cosmos vital, enjuicia el mundo y todo cuanto en él existe.

Los contenidos religiosos son para el creyente, no sólo objeto de conocimiento, sino objeto de “observancia cuidadosa”.

Introducir la perspectiva fenomenológica significa que el hecho vivido desde dentro comienza a ser observado como un hecho que está ahí, fuera de mí, aunque yo sea protagonista en él.

A la Pedagogía le interesa del hecho religioso aquello que éste tiene en común con el resto de las ciencias que son objeto de la enseñanza. Le interesa la Religión como un hecho experimental, y en aquello que tiene de experimental. Sólo esto es lo que a la Pedagogía le interesa para estructurar y sistematizar los modos de enseñanza de los contenidos religiosos.

D - Un punto de partida muy claro: el documento sobre la ERE de 1979

Tras la aprobación de la Constitución de 1978, la enseñanza religiosa tenía que hacerse con un lugar en el sistema escolar de un Estado que nacía aconfesional. El difícil pero logrado consenso constitucional expresado en los artículos 16 y 27, para los ámbitos educativo y religioso, abría un periodo nuevo en la sociedad española alcanzando un equilibrio roto desde hacía mucho tiempo.

En coherencia con esta nueva situación de la enseñanza de la Religión en la escuela tenía que encontrar con cierta urgencia una nueva identidad y una nueva legitimidad acorde con los nuevos tiempos y en conexión con la sociedad pluralista en la que los católicos nos situábamos. Tarea nada fácil en el contexto de una sociedad que hasta hacía bien poco tiempo había visto legitimar esta enseñanza desde el autoritarismo, desde la uniformidad, desde el monopolio y desde la imposición.

Es necesario constatar cómo desde el primer momento, antes incluso del referéndum sobre la Constitución, el Episcopado Español asume el reto de generar esta nueva comprensión de la enseñanza de la Religión en diálogo con las nuevas características de la sociedad. Ya en mayo de 1978 la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal encargó a la Comisión de Enseñanza la reflexión acerca de la identidad de la enseñanza religiosa escolar.

En junio de 1979 se hace público un documento elaborado por la Comisión Episcopal de Enseñanza encaminado hacia una nueva identidad y legitimidad de la enseñanza de la religión para una sociedad democrática, plural y tolerante. La sola enumeración de algunos títulos y temas tratados en este documento dejan ver con claridad las nuevas características y la nueva concepción de la enseñanza de la religión innovadora para nuestra sociedad y que aportará luz más allá de nuestras fronteras en la nueva Europa posterior a 1989.

D.1 - Orientaciones sobre la ERE, 1979

El derecho a recibir la Formación religiosa y moral en conformidad con las propias convicciones ha quedado proclamado en la Constitución, en su artículo 27. Este derecho ha sido concretado para el ámbito escolar y en relación con la Iglesia Católica por el Acuerdo entre el Estado y la Santa Sede sobre Asuntos Culturales, de 3 de enero de 1979, especialmente en su Artículo II, como derecho a recibir la enseñanza de la religión católica en condiciones equiparables a las demás asignaturas fundamentales y como el derecho de participar en otras actividades complementarias de formación y asistencia religiosa, lo que precisa el oportuno desarrollo normativo, de acuerdo con la jerarquía eclesiástica en lo que le compete.

D.1.1- Por qué una enseñanza religiosa escolar

a) Es una exigencia de la función social propia de la escuela:
  • para situarse lúcidamente ante la tradición cultural
  • para insertarse críticamente en la sociedad
  • para facilitar una axiología personal y social con sus implicaciones éticas
  • para plantear la trascendencia y el sentido último de la vida.

b) Es un derecho de la persona y de los padres de familia:

  • reconocido en la declaración universal de los Derechos Humano
  • reconocido abierta y explícitamente en la Constitución del 78
  • un derecho que no dimana de la confesionalidad del Estado
  • una enseñanza distinta de las ideologías y la política.

c) Es una enseñanza necesaria para la formación humana integral.

d) Es un servicio, no un privilegio, de la Iglesia en una sociedad plural.

D.1.2 - Peculiaridad de la enseñanza religiosa escolar

- Es una enseñanza diferente a la catequesis
  • Enseñanza y Catequesis se sitúan en dos ámbitos muy distintos
  • Es diversa la fuente de iniciativa
  • Es distinta la intencionalidad de los destinatarios
  • También los objetivos de ambas son distintos
  •  Es una enseñanza de ámbito escolar que se sitúa con otras disciplinas.

D.1.3 - El contenido de la enseñanza de la religión:

  • El mensaje y la experiencia cristianos en la historia
  •  Las implicaciones sociales y éticas del cristianismo
  • Contribución humanizadora del cristianismo
  • Siempre estructurado con rigurosidad científica
  • Con la adecuación pedagógica y psicológica que sea necesaria.

Esta nueva identidad de la enseñanza religiosa escolar que conlleva una nueva legitimidad, sigue siendo aún bastante desconocida. Podría dar la impresión de que algunas personas siguen sin superar hoy argumentos más propios de otros tiempos.

E- Textos fundamentales sobre el tema

E.1 - Declaración de los Derechos Humanos (10-XII-1948)

La misma Declaración Universal de Derechos Humanos, en su Artículo 26 afirma que:

La Enseñanza Religiosa Escolar

La educación tiene por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana” y que “los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos”.

E.2 - Constitución Española (1978)

El conocimiento y análisis de las religiones supone el ejercicio de una tolerancia activa, que comprende y respeta la pluralidad de las cosmovisiones. Dicha tolerancia activa es, sin duda, exigencia, expresión y garantía de una conciencia ciudadana conformada por los valores de la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo que, de acuerdo con la Constitución, deben inspirar el ordenamiento académico y presidir todos los ámbitos de la convivencia.

Sin embargo, las convicciones religiosas o la ausencia de ellas tienen un carácter privado, que se vincula al ámbito de las creencias personales y que también demanda respeto.

La Constitución Española ha reconocido en su artículo 27.3 el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban una formación que esté de acuerdo con sus propias convicciones. La efectiva aplicación de tal derecho exige una solución coherente en el contexto de un Estado aconfesional. De acuerdo con este planteamiento, el carácter ideológicamente neutral de la escuela pública debe ser preservado y hacerse compatible con el objetivo formativo general de conocer las creencias, actitudes y valores básicos de las distintas confesiones o corrientes laicas que a lo largo de los siglos han estado presentes en la sociedad y que forman parte de la tradición y el patrimonio cultural español. Además, en la sociedad cada vez más multicultural en que vivimos es necesario conocer las diversas culturas religiosas de importantes colectivos de nuestros conciudadanos, para reforzar la tolerancia, el respeto mutuo y, en última instancia, la cohesión social.

La enseñanza de las religiones presenta así dos dimensiones que deben ser atendidas. Una, general, a la cual deben acceder todos los alumnos y tener carácter común, que debe ayudar a la comprensión de las claves culturales de la sociedad española, mediante el  conocimiento de la historia de las religiones y de los conflictos ideológicos, políticos y sociales que en torno al hecho religioso se han producido a lo largo de la historia. Se trata de ofrecer un acercamiento razonado a las religiones como hechos de la civilización, proporcionando a todos los estudiantes los instrumentos necesarios para desarrollar plenamente su personalidad y completar su educación, asegurándoles de ese modo su derecho al libre ejercicio de la crítica. La enseñanza de estos aspectos de las religiones debe estar integrada en el currículo común de la escuela primaria y secundaria y ha de ser encomendada a los profesores y departamentos a quienes corresponda, especialmente los de Geografía e Historia y Filosofía.
PRESENTACIONES

religin-catequesis2-1-728.jpg?cb=1247868658

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------

EL CONTEXTO ESCOLAR Y LOS DESTINATARIOS DE LA ENSEÑANZA RELIGIOSA ESCOLAR


La enseñanza religiosa escolar se desarrolla en contextos escolares diversos, lo que hace que, manteniendo su carácter propio, adquiera también acentos diversos. Estos acentos dependen de las condiciones legales y organizativas, de la concepción didáctica, de los presupuestos personales de los educadores y de los alumnos, y de la relación de la enseñanza religiosa escolar con la catequesis familiar y parroquial.

No es posible reducir a una única forma todas las modalidades de enseñanza religiosa escolar que se han desarrollado en la historia como consecuencia de los Acuerdos con los Estados y de las decisiones tomadas por diferentes Conferencias episcopales. Es, sin embargo, necesario que, de conformidad con las correspondientes situaciones y circunstancias, la orientación que se dé a la enseñanza religiosa escolar, responda a su finalidad y a sus peculiares características. (224)
Los alumnos « tienen el derecho de aprender, con verdad y certeza, la religión a la que pertenecen. Este derecho a conocer más a fondo la persona de Cristo y la integridad del anuncio salvífico que El propone, no puede ser desatendido. El carácter confesional de la enseñanza religiosa escolar, desarrollada por la Iglesia según las modalidades y formas establecidas en cada país, es —por tanto— una garantía indispensable ofrecida a las familias y a los alumnos que eligen tal enseñanza ». (225)

Para la Escuela católica, la enseñanza religiosa escolar así identificada y complementada con otras formas del ministerio de la Palabra (catequesis, celebraciones litúrgicas...), es parte indispensable de su tarea educativa y fundamento de su propia existencia. (226)
La enseñanza religiosa escolar, en el marco de la Escuela estatal y en el de la no confesional, donde la Autoridad civil u otras circunstancias impongan una enseñanza religiosa común a católicos y no católicos, (227) tendrá un carácter más ecuménico y de conocimiento interreligioso común.

En otras ocasiones, la enseñanza religiosa escolar podrá tener un carácter más bien cultural, dirigida al conocimiento de las religiones, y presentando con el debido relieve la religión católica. (228) También en este caso, sobre todo si es impartida por un profesor sinceramente respetuoso, la enseñanza religiosa mantiene una dimensión de verdadera « preparación evangélica ».

La situación de vida y de fe de los alumnos que asisten a la enseñanza religiosa escolar se caracteriza por una inestabilidad notable y continua. La enseñanza religiosa escolar ha de tener en cuenta esta realidad cambiante para poder alcanzar su finalidad.

La enseñanza religiosa escolar ayuda a los alumnos creyentes a comprender mejor el mensaje cristiano en relación con los problemas existenciales comunes a las religiones y característicos de todo ser humano, con las concepciones de la vida más presentes en la cultura, y con los problemas morales fundamentales en los que, hoy, la humanidad se ve envuelta.

Por otra parte, los alumnos que se encuentran en una situación de búsqueda, o afectados por dudas religiosas, podrán descubrir gracias a la enseñanza religiosa escolar qué es exactamente la fe en Jesucristo, cuáles son las respuestas de la Iglesia a sus interrogantes, proporcionándoles así la oportunidad de reflexionar mejor sobre la decisión a tomar.

Finalmente, cuando los alumnos no son creyentes, la enseñanza religiosa escolar asume las características de un anuncio misionero del Evangelio, en orden a una decisión de fe, que la catequesis, por su parte, en un contexto comunitario, ayudará después a crecer y a madurar.


EDUCACIÓN CRISTIANA FAMILIAR, CATEQUESIS Y ENSEÑANZA RELIGIOSA ESCOLAR AL SERVICIO DE LA EDUCACIÓN EN LA FE

La educación cristiana familiar, la catequesis y la enseñanza religiosa escolar, cada una desde su carácter propio, están íntimamente relacionadas dentro del servicio de la educación cristiana de niños, adolescentes y jóvenes. En la práctica, sin embargo, deben tenerse en cuenta, diferentes elementos variables, que puntualmente se presentan, a fin de proceder con realismo y prudencia pastoral en la aplicación de las orientaciones generales.
Por tanto, corresponde a cada diócesis o región pastoral discernir las diversas circunstancias que concurren, bien en cuanto a la existencia o no de una iniciación cristiana en el ámbito de las familias para sus propios hijos, bien en cuanto a los cometidos formativos que en la tradición o situación local ejercen las parroquias, las escuelas, etc.

En consecuencia, las Iglesias particulares y la Conferencia Episcopal establecerán las orientaciones propias para los diversos ámbitos, fomentando unas actividades que son distintas y se complementan.


LEGITIMACIÓN DE LA ENSEÑANZA RELIGIOSA ESCOLAR

La legitimidad de la presencia de la enseñanza religiosa en la escuela se fundamente en multitud de razones, algunas de las cuales se exponen a continuación. Estos argumentos no sólo apoyan la convicción de que esta enseñanza no es contraria a la escuela ni a las finalidades y objetivos que ella persigue, sino que muestran además que, cuando falta la formación religiosa, la educación de los alumnos queda empobrecida e incompleta; se produce un daño a los ciudadanos y una situación injusta.

La Comisión Episcopal Española de Enseñanza y Catequesis ha expuesto algunas de las razones que justifican la enseñanza religiosa escolar sistematizándolas en un torno a cinco dimensiones de la religión: la cultural e histórica, la humanizadora, la ético-moral, la teológica y la científica, y la pedagógica.

a) La dimensión cultural e histórica de la Religión
la enseñanza religiosa escolar proporciona una información cultural e histórica de primera magnitud, imprescindible para comprender la cultura en la que se mueve el mundo en el que el alumno vive. Precisamente este motivo ha sido el argumento invocado recientemente por el Consejo de Europa para solicitar la enseñanza de la Religión en todas las escuelas.
No hay duda de que lo religioso forma parte de la cultura, y de un modo especial de la cultura europea. Todas las civilizaciones tienen contenidos de carácter religioso y es imprescindible conocerlos para comprender la cultura propia y las demás. Por otro lado, los contenidos de la enseñanza escolar de la Religión dan mayor capacidad crítica y libertad para acertar o rechazar otras opciones. Es decir, permite interpretar y entender las civilizaciones y culturas y opinar con conocimiento.

La enseñanza escolar de la Religión aporta un marco de referencia para formar la propia escala de valores y así juzgar de las ideologías; además, las manifestaciones religiosas son un lazo de unión entre las culturas de los pueblos, pues ofrecen una base común de diálogo y comprensión.
En definitiva, desde este punto de vista, la religión, al ser un fenómeno cultural, se debe enseñar y aprender en la escuela, ya que en ella se pretende la transmisión de la cultura.

b) La dimensión humanizadora de la Religión
La religión tiene tan gran poder humanizador que urge su integración en la formación humana de los alumnos. La enseñanza religiosa escolar educa en los valores profundos, que permiten unificar al ser humano y darle una finalidad última, que es la felicidad. Se ha dicho con acierto que la religión es un factor importante de identidad personal.
Hoy día se proponen tres finalidades generales para la educación: el desarrollo integral de la persona; su conveniente socialización; y la asimilación sistemática y crítica de la cultura, entendida como patrimonio de conocimiento, valores, realizaciones, técnicas y formas de vida.

La enseñanza religiosa escolar favorece el pleno desarrollo de la personalidad humana en todas sus dimensiones: mente, cuerpo, espíritu; ayuda a formar personas conscientes y libres; favorece la creatividad, porque la mente se abre a nuevas dimensiones; favorece el espíritu crítico ante las diferentes situaciones culturales, sociales, políticas, etc. Es decir, educa para la vida individual y social.

No se puede justificar la enseñanza de la Religión en la escuela exclusivamente por este motivo, es decir, por el poder humanizador de la religión, pues si se aceptara, significaría que el programa de religión sería sólo "humanista", sin apertura a la trascendencia y a la Revelación recibida. La formación que da el estudio de la Religión y Moral Católica es mucho más que esto, pues forma en otros muchos aspectos de la personalidad del alumno.

c) La dimensión ético-moral de la Religión
esta dimensión va al núcleo de lo que es la religión al dar respuesta a las principales preguntas que se hace el ser humano y ofrecer un universo de significación global al alumno, pues orienta la búsqueda de respuesta a los interrogantes más profundos de la persona humana.
Se puede decir que hay una correlación entre el desarrollo espiritual, psicológico y cultural en su contexto humano y ambiental. La enseñanza religiosa escolar, más allá de la filosofía, ofrece respuestas a preguntas sobre el sentido de la vida, del dolor, de la muerte…, que desde la fe abren al misterio, a la vez oscuro e iluminador. Es decir, lo religioso reordena con la simplicidad e los últimos < toda la multitud de saberes.

La enseñanza religiosa escolar ofrece al alumno diferentes puntos de vista ante la vida, para que rechace o acepte con criterios personalmente asumidos las creencias y valores que se presentan en la sociedad. Abre horizontes y hace que la persona pueda encontrar el sentido de su vida, con sus implicaciones éticas. Permite conocer la existencia de unos principios y valores según los cuales se determina la manera de ver la vida.

d) La dimensión teológica y científica de la Religión
la enseñanza religiosa escolar se presenta como un saber científico, igual que los demás saberes que se enseñan en la escuela. La fe es un saber razonable que lleva a tener ideas, fundadas en la racionalidad, que son verdaderas certezas. Sus contenidos se traducen en expresiones objetivas de valor universal.

La enseñanza religiosa escolar tiene un estatuto epistemológico que permite la confrontación, diálogo y reflexión crítica con los demás saberes, siendo así patente la coherencia de la fe cristiana. La confrontación creadora de la fe con las diversas filosofías está en la mejor tradición de la Iglesia. Esta dimensión científica no se da sólo en el orden teórico, sino que en la misma enseñanza religiosa escolar se aprecia la coherencia de la fe cristiana con la realización de una vida plenamente humana.

No basta que esta carácter científico-técnico y práctico se de en el mensaje cristiano, sino que es preciso también que esté presente en el ámbito escolar con la estructura y metodología que corresponde a cualquiera de las ciencias correspondientes a un área curricular.

e) La dimensión pedagógica de la Religión
la enseñanza religiosa escolar desarrolla y potencia una serie de posibilidades educativas en todos los alumnos; a través de los conocimientos, experiencias, actitudes, etc. Que transmite, favorece el desarrollo personal de los alumnos y consigue metas educativas importantes que de otra forma se hacen difíciles de alcanzar.

La enseñanza religiosa escolar presenta el hecho religioso como una realidad integrada en el conjunto de expresiones de lo real. La experiencia religiosa es un hecho significativo presente en el propio ambiente social, cultural y antropológico, que tiene una gran fuerza educadora, pues estimula y favorece el aprendizaje significativo de los alumnos y ayuda a la autonomía crítica racional (pensar por sí mismo), facilita la reflexión sobre la jerarquía de valores actuales y permite la integración de lo religioso en la vida ordinaria.
Conviene entender bien esta dimensión, que puede ayudar a los profesores de Religión a hacer ver a sus compañeros del claustro del centro educativo, junto a las otras dimensiones que la legitiman, el valor educativo que tiene la enseñanza de la Religión y Moral Católica.


DISTINCIÓN Y COMPLEMENTARIEDAD ENTRE LA ENSEÑANZA RELIGIOSA ESCOLAR Y LA CATEQUESIS DE LA COMUNIDAD CRISTIANA

En los últimos años se ha perfilado la distinción entre la catequesis de la comunidad cristiana y la enseñanza religiosa escolar. Juan Pablo II escribía: "El principio de fondo que debe guiar el empeño en este delicado sector de la pastoral, es el de la distinción entre la enseñanza de la religión y la catequesis que, por otra parte, son complementarias (…). La enseñanza religiosa impartida en las escuelas, y la catequesis propiamente dicha, desarrollada en el ámbito de la parroquia, aunque distintas entre sí, no deben considerarse como separadas. Más aún, hay entre ellas una íntima conexión: en efecto, es idéntico el sujeto al que se dirigen los educadores en uno y otro caso, esto es, el alumno; y además es idéntico el contenido objetivo sobre el que versa, aunque con modalidades diferentes, el tema formativo, que se da en la enseñanza de la religión y en la catequesis. La enseñanza de la religión puede considerarse tanto como una cualificada premisa para la catequesis, como también una reflexión ulterior sobre los contenidos de la catequesis ya adquiridos".

Ya unos años antes se hablaba de que "hay un nexo indisoluble y una clara distinción entre enseñanza de la religión y catequesis". Es decir, se señala siempre que hay a ala vez distinción y complementariedad entre estas dos formas.
La distinción es clara ya que se realizan en ámbitos distintos; es también distinta la fuente de iniciativa, pues en la catequesis es la Iglesia la que convoca, y en la escuela la Iglesia es llamada a prestar un servicio a los padres que piden la enseñanza de la Religión para sus hijos; es distinta la intencionalidad de los destinatarios y son distintos los objetivos y los métodos. Finalmente, son diversos también los sujetos, en la catequesis son creyentes que buscan madurar su fe, mientras que en la escuela se dirige a creyentes y no creyentes que desean conocer más a fondo su fe o confrontar la fe en la cultura.

La distinción entre "catequesis" y la "asignatura de Religión" es de excepcional importancia, dado que no sólo se distinguen por sus propios objetivos o fines, sino que fijan el marco propio en el que deben impartirse; el lugar apropiado de la catequesis es la familia y la parroquia u otros ámbitos de la Iglesia; mientras que la institución que debe proveer la enseñanza de la Religión es la escuela. Esta distinción muestra también la insuficiencia de los ámbitos eclesiales y familiares para la formación religiosa de los niños y adolescentes, y postula la necesidad de completar esa catequesis con la enseñanza religiosa escolar.

Pero junto a la distinción es preciso hablar de complementariedad. Esta diferencia nocional –importante en sí misma- no se puede exagerar. Es cierto que la tarea del aula no puede convertirse en una catequesis como la impartida entre los muros de una iglesia o en el espacio familiar; pero cabe hacer algunas precisiones importantes que muestran su necesaria complementariedad: en primer lugar, la información doctrinal, propia de la enseñanza es colar, presupone un conocimiento elemental del mensaje cristiano. Asimismo la vida religiosa da por hecho la actitud del sujeto para ser "catequizado", de forma que exprese su vida de fe incluso en el marco festivo de la liturgia. Por este motivo, cuando en los alumnos no se han cumplido esas dos etapas previas, la enseñanza religiosa escolar debe de algún modo suplirlas.
Cabe también señalar que en la enseñanza religiosa escolar se deben dar algunos aspectos catequísticos irrenunciables: no se puede hacer una exposición demasiado "neutra" del mensaje cristiano, pues cualquier enseñanza académica contiene cierta dosis de catequesis. Así, el buen profesor de matemáticas no es aquel que imparte con competencia y buen método la enseñanza de las Matemáticas, sino quien "catequiza" al alumno, es decir, aquel que crea un ámbito de simpatía por la asignatura de forma que "gane" al alumno para el estudio de las Matemática. Lo mismo cabe afirmar –y aún con mayor rigor- del profesor de Historia y más todavía del de Filosofía.

Análogamente esto cabe referirlo de un modo especial al profesor de una asignatura como la Religión, que tiene como objetivo no sólo la "instrucción" del alumno, sino el compromiso de que éste la asuma como fundamento de su vida, de forma que es necesario subrayar que la enseñanza religiosa en las escuelas "debe ser impartida de una manera explícita y sistemática, para evitar que se cree en el alumno un desequilibrio entre la cultura profana y la cultura religiosa. Una enseñanza tal difiere fundamentalmente de cualquier otro porque no se propone como fin una simple adhesión intelectual a la verdad religiosa, sino el entronque personal de todo el ser con la persona de Cristo".

De aquí que también la enseñanza escolar de la asignatura de Religión suponga una "dosis de catequesis" que variará, indiscutiblemente, conforme a las distintas edades. No obstante, un esa mínima orientación catequética en la escuela -en ocasiones supletoria- ha de tener características diversas a las que definen la instrucción estrictamente catequética, bien sea en la familia o en otros ámbitos eclesiales. Esas diferencias vendrán marcadas siempre por el respeto a la propia libertad de la conciencia y la delicada atención a la libertad del alumno, así como por la fidelidad al método, al ritmo y al "estilo" que define la enseñanza propia escolar frente a los métodos estrictamente catequéticos. En concreto, aun en estos casos, debe tener en cuenta los condicionantes legales y situacionales en que se desarrolla la acción educativa escolar.

La enseñanza de la asignatura de la Religión alcanza su estatuto propio, su situación ideal, cuando se lleva a cabo con alumnos que, procedentes de ambientes sociales o familiares cristianos, estén dispuestos a recibir una formación académica religiosa. En estos casos, "catequesis" y "enseñanza escolar" se moverán en ámbitos distintos: la "clase" no cumplirá ninguna misión supletoria, pero se complementarán mutuamente. La catequesis impartida en la parroquia o en la familia aportará a la clase de Religión el substratum humano que favorece la tarea formadora del aula, y la catequesis se vivificará con los contenidos recibidos en la enseñanza religiosa escolar.

En la complementariedad de estas dos acciones la enseñanza escolar de la religión adquiere su estatuto propio: iluminar y completar las demás disciplinas escolares y alcanzar la síntesis entre fe y cultura.

Fuente: catholic.net/

Votos 0
Enviadme un correo electrónico cuando las personas hayan dejado sus comentarios –

¡Tienes que ser miembro de Comunidad Virtual del Profesorado de Religión para agregar comentarios!

Join Comunidad Virtual del Profesorado de Religión