Las 10 conclusiones del Foro del Currículo de Religión

Diez son las conclusiones que plantena la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura después de las cuatro sesiones del Foro online «Hacia un nuevo currículo de Religión católica». La metodología compartida de análisis y diálogo ha propiciado una reflexión honda y eficaz con «las inspiradoras aportaciones de las ponencias marco y de los paneles de debate, así como las buenas prácticas compartidas, junto con la extensa participación de la comunidad educativa relacionada con la Religión católica». Como decía el presidente de la Comisión, el obispo de Lugo, Alfonso Carrasco, al clausurar el foro: «Estamos en mejores condiciones para proponer un nuevo currículo de Religión católica en el marco de la LOMLOE». Por esta razón, los trabajos del nuevo currículo se orientarán por estas diez conclusiones.

1. Una Iglesia que apuesta por la centralidad de la persona en la educación

Este foro ha tenido el marco eclesial de nuestro tiempo. En todos los procesos educativos, el compromiso de la Iglesia ha sido grande y ha asumido la propuesta de la centralidad de la persona, como se formula en los mensajes del Papa Francisco a propósito del Pacto Educativo Global, y en sus encíclicas Laudato si’ y Fratelli tutti. La aportación del cardenal Angelo Bagnasco, presidente del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa, puso de manifiesto «este compromiso de la Iglesia con la educación, al servicio del bien común, y su esencial apuesta por la humanización». Por eso, la Comisión concluye que «este marco eclesial de nuestro tiempo debe constituir una fuente de inspiración para la actualización del nuevo currículo de Religión católica».

2. El Espacio Europeo de Educación y la creciente preocupación por la humanización

Durante las intervenciones en el Foro se han abordado iniciativas educativas de PISA y la OCDE, de Naciones Unidas y la Agenda 2030, y de la UNESCO; se han analizado las competencias clave para el aprendizaje permanente que se proponen para todo ciudadano de la Unión Europea, actualizadas en 2018, y el Espacio Europeo de Educación previsto para 2025. Ante lo expuesto, la Comisión indica que «el nuevo currículo de Religión católica deberá plantearse en diálogo con estos desafíos globales identificando sinergias y oportunidades».

3. La LOMLOE: un nuevo marco pedagógico para los currículos de todas las áreas y materias

El Foro ha incluido las novedades pedagógicas del marco curricular de la LOMLOE. En la primera sesión, el Secretario de Estado de Educación, Alejandro Tiana, indicaba «algunos elementos de la nueva arquitectura curricular que deberán definirse con mayor detalle en los próximos decretos de enseñanzas mínimas para cada una de las etapas educativas». Es evidente que el nuevo currículo de Religión deberá «plantearse en línea con el marco pedagógico de la LOMLOE, es decir, en clave de competencias y en referencia a sus descriptores en los perfiles de salida que fijarán las Administraciones educativas».

4. La Teología como fuente epistemológica del currículo de Religión católica

Este proceso de revisión del currículo ayuda a volver a «la Teología como discurso académico sobre la fe, capaz de inspirar la selección de aquellos contenidos esenciales para la reflexión sobre el mensaje cristiano». Conocer esto contribuirá al diálogo de la fe con las culturas que es propio de los procesos educativos. Por esta razón, tanto los contenidos esenciales de la Revelación, como el conocimiento de Dios Padre, la centralidad de Jesucristo, la antropología cristiana, la comunidad eclesial y su historia, o los principios y valores del pensamiento social cristiano, serán completamente necesarios en el nuevo currículo.

5. El diálogo fe-cultura como actitud fundante de la enseñanza de la religión

La fe cristiana se vive en una sociedad concreta y en unos acontecimientos concretos. Como nada de lo humano nos es ajeno, la Comisión quiere «abrir puertas y ventanas a todo lo que preocupa en nuestros contextos, locales y globales». Así, el nuevo currículo deberá capacitar a la persona para el diálogo intercultural e interreligioso imprescindible en las sociedades plurales y democráticas. Además, tendrá que comprometerse «con el legado cultural y todo su patrimonio artístico y social, visibilizando sus raíces cristianas; y será necesario acoger con plena responsabilidad la promoción de la dignidad personal y los derechos humanos de todos y todas, el cuidado del planeta y la construcción de la “casa común”, la denuncia de la injusticia y la propuesta de la inclusión, la formación de la ciudadanía global y el fortalecimiento de las libertades fundamentales y la democracia».

6. Un currículo de Religión católica en línea con las finalidades propias de la escuela

El nuevo currículo «deberá diseñar sus intenciones educativas en línea con las finalidades propias de la escuela, la formación integral, el diálogo y la comprensión crítica de la cultura, el conocimiento de las sociedades y la participación responsable en su construcción social; habremos de tener en cuenta también los desafíos globales del paradigma tecnocrático que la escuela tendrá que afrontar». Para ello, tendrá en el centro la formación personal y social, cuidando el desarrollo emocional y el proyecto vital; y deberá acompañar el despertar espiritual y la búsqueda de respuestas a las cuestiones del sentido.

7. Un currículo de Religión católica con un enfoque competencial

En coherencia con la estructura curricular que la LOMLOE establecerá, el nuevo currículo de Religión «deberá definir sus competencias específicas en cada una de las etapas educativas vinculándolas con las ocho competencias clave e indicando su contribución educativa a los perfiles de salida». Además, deberá enumerar los aprendizajes básicos para cada etapa, es decir, los contenidos, teniendo en cuenta las dimensiones cognitiva, instrumental y actitudinal; también deberá fijar los criterios de evaluación para cada etapa: segundo ciclo de Infantil, por ciclos en Primaria, y por cursos en ESO y Bachillerato. La Comisión cree que también se podrían incorporar algunas orientaciones sobre metodología y situaciones de aprendizaje propias de una didáctica basada en las competencias.

8. Un currículo que se puede programar por ámbitos de forma globalizada e interdisciplinar

La LOMLOE plantea que los centros escolares, en ejercicio de su autonomía pedagógica y en coherencia con su proyecto educativo, puedan organizar la programación de las áreas y materias curriculares en ámbitos y proyectos. Acoger este desafío de innovación educativa debería convertirse, así se ha solicitado en numerosas aportaciones del Foro, en una propuesta de orientaciones metodológicas en el nuevo currículo de Religión católica. Esta propuesta exige que la secuencia de los aprendizajes básicos se haga por ciclos y cursos teniendo en cuenta los currículos de otras áreas y materias para facilitar, si llegara el caso, la programación de ámbitos y proyectos en los que el currículo de Religión católica podría globalizarse e integrarse.

9. Un currículo abierto a las metodologías activas y cooperativas

Finalmente, el Foro también ha puesto de manifiesto algunas buenas prácticas que conectan las clases de Religión con el entorno y, además de proponer aprendizajes propios, se relacionan de forma constructiva con el medio social y cultural del contexto. El aprendizaje-servicio y otras metodologías innovadoras han mostrado su mejora del rendimiento escolar porque aumentan la motivación del alumnado y su capacidad de comprensión de contenidos esenciales. Por tanto, aunque las metodologías corresponden en última instancia a los proyectos educativos del centro y a la programación didáctica de los profesores, el nuevo currículo podría acoger estas propuestas pedagógicas que ya sabemos por experiencias de éxito que constituyen oportunidades de mejora.

10. Un currículo común contextualizado en los entornos locales

La reforma educativa de la LOMLOE ha descentralizado algunas decisiones sobre la elaboración del currículo. El cambio de las enseñanzas comunes a las enseñanzas mínimas abre espacios de decisión para las comunidades autónomas; también la autonomía pedagógica de los centros educativos se verá fortalecida en los desarrollos de la Ley. En el caso del área de Religión católica, aunque no se ha definido, las propuestas apuntan a conjugar también los elementos comunes del currículo con otros más cercanos a las realidades locales. Un escenario posible sería que los tres primeros elementos del currículo se fijaran con carácter estatal, y que se abra la posibilidad de que pueda contextualizarse el currículo de Religión católica con las referencias más cercanas del entorno.

Documentos:

1. EL FORO EN CIFRAS
En la web y en youtube 
Respuestas al cuestionario
2. DOCUMENTO SÍNTESIS
Introducción: un diálogo entre todos y para todos Síntesis de las aportaciones recibidas
Conclusiones: Hacia un nuevo currículo de Religión

Fuente: revistaecclesia.com

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