Málaga (2)

Fase por Equipos en las ReliCat Games Málaga

El pasado sábado 20 de abril de 2024 ha tenido lugar en el Colegio Teresianas de Málaga, la fase por Equipos de las VII ReliCat Games. En ellas han participado los diferentes equipos ReliCat de los centros educativos clasificados en las diferentes Categorías después de una competición individual celebrada el pasado 3 de febrero.

Para estas Competiciones por Equipos, cada uno de los centros clasificados en las distintas Categorías han acudido con su equipo ReliCat de centro. Las Competiciones, que se han celebrado en diferentes convocatorias en función de las Categorías (edades y cursos del alumnado), han consistido en la realización de cuatro pruebas sobre contenidos del área de Religión Católica.:

1.- Prueba “Responde cuando puedas”: preguntas basadas en los currículos de Religión Católica, sin opciones, a responder escribiendo en una pizarra.

2.- Prueba Tabú: un miembro del equipo intentaba que los otros dos adivinasen la palabra oculta verbalmente, pero sin utilizar las palabras prohibidas o palabras Tabú.

3.- Prueba “Gestos”: otro miembro del equipo intentaba que los otros dos compañeros adivinasen palabras o términos de unas tarjetas a través de gestos o mímica.

4.- Prueba “Busca la Cita”: respondían a una pregunta, buscando en una cita bíblica, y escribiendo la respuesta en la pizarra antes que los otros equipos.

Los diferentes equipos, procedentes de diferentes localidades de la diócesis  han disfrutado de lo lindo, en torno a los conocimientos del área de Religión Católica y han tenido la oportunidad de demostrar sus conocimientos del área de una forma amena y bastante lúdica.

En torno a las 11:30 de la mañana, y tras finalizar las primeras competiciones correspondientes a las Categorías D y C, Bachillerato y 2º Ciclo de Secundaria respectivamente, tuvo lugar la primera entrega de premios de las VII ReliCat Games de la Fase individual y por Equipos.

Posteriormente, y apuntando ya las 12 del mediodía, les tocó turno de pruebas a la Categoría B (1º y 2º Ed. Secundaria) y por último Categoría A (5º y 6º Ed. Primaria). Hasta las emocionantes pruebas de desempates tuvieron que realizarse, culminado el día con la segunda entrega de premios correspondientes.

Ambas entregas de premios han correspondido a las Competiciones por Equipos celebradas esta misma mañana, así como de los premios de las competiciones Individuales celebradas en pasado 10 de Febrero.

Entre los premios había trofeos, medallas, tarjetas regalos, fin de semana para la familia en bungalow, libros para las bibliotecas de los centros mejores clasificados  en cada categoría, vales descuentos, rosarios misioneros, auriculares bluetooth, cargadores de baterías, lámparas de lectura, soporte de Tablets, botellas de agua, chapas, fundas móviles acuáticas, alfombrillas portafotos, cuadernos, bolígrafos,…

También se ha adjudicado entre el profesorado del alumnado participante una cena para dos personas en la terraza del AC Málaga Palacios. Premio especial que seguro que todo el profesorado se merece por su implicación en la preparación de las Olimpiadas, pero que en esta ocasión ha recaído en una de las Profesoras de Religión participante en las diferentes ediciones de las ReliCat Games Málaga.

En definitiva, una gran variedad de regalos para los participantes gracias a los patrocinadores de las olimpiadas en esta séptima edición en Málaga: Adivin Banderas, Fundación Anaya, Fundación Edelvives, Fundación SM, AC Málaga Palacio, Camping Presa La Viñuela, AMPA el ATABAL, Colegio El Atabal, Agrupación de Cofradías, Frutas Rubio, Editorial Vicens Vives, Unai Quirós y Academia Santa Teresa.

Las ReliCat Games en Málaga han estado organizadas por la Delegación Diocesana de Enseñanza de Málaga y se ha convertido ya en una cita anual entorno al área de Religión Católica en la Diócesis de Málaga en las que alumnado de Religión , profesorado y familias disfrutan entorno al área de Religión Católica.

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Los jóvenes también quieren ser voluntarios

 

Las jóvenes pasean con los residentes de la Casa en el Parque Huelin, cercano al centro. cristina pinto /C. PINTO

Iniciativa en Málaga. Alumnos del colegio El Atabal visitan un viernes al mes Cottolengo para acompañar a los residentes y ayudar en las tareas del hogar: «Esto es una experiencia muy bonita»

Mari Carmen no podía contener su alegría: con su andador iba de un pasillo a otro corriendo y gritando de emoción en cuanto saludó a este grupo de jóvenes. Pero es que desde antes de que entrasen, mientras organizaban las tareas en el patio de la entrada de Cottolengo, Mari Carmen ya se asomaba a la ventana dando saltos sonriente y tendiendo la mano a sus chicas favoritas: «¡Guapas, guapas!», les piropeaba, «¡Eso tú, Mari Carmen!», le respondían las jóvenes. Viendo esa imagen se entiende todo: los alumnos del colegio El Atabal son un soplo de aire fresco en la visita que hacen cada mes a los residentes de Cottolengo. En la tarde del pasado viernes, allí estaban Noelia, Paula, Rocío, Hugo, Marta, Cristina, Carmen, Aurora, Nuria y muchos más que se reúnen un día al mes para aprender lo que es el voluntariado y ayudar a estas personas que tanto lo necesitan en centros como Cottolengo, la Casa del Sagrado Corazón, ese hogar para los que no lo tienen y en el que viven unas cuarenta personas con problemas sociales, sufrimiento personal, de movilidad o discapacidad.

La imagen de Juanma cuando vio a este grupo también decía mucho más que las palabras: llegaba por el pasillo en su silla de ruedas contento pero, en cuanto identificó a Ángela, se le echó encima para darle un abrazo. Ternura y alegría en una misma escena.

Con ella, Ángela Muñoz, y con Sagrario Morales empezó toda esta historia de los alumnos del colegio El Atabal. «Conocí a Ángela, que es misionera y profesora, y la invité a que viniese a mis clases de Religión para hablar sobre los actos de fe a los jóvenes», explica Sagrario Morales, profesora de Religión de El Atabal. «Como soy misionera siempre les digo que lo primero por lo que tienen que empezar es con lo que hay a su alrededor, por ayudar desde lo que tienen más cerca, que es su ciudad», explicaba la profesora del IES Jarifa de Cártama, Ángela Muñoz. «Cuando mis alumnos escucharon la charla de Ángela se interesaron en hacer cosas aquí en Málaga, les gustó la idea de hacer voluntariados y ahí empezamos. Hemos ido a los Ángeles Malagueños de la Noche, al Asilo de las Hermanitas de los Pobres y ahora estamos viniendo un viernes de cada mes a Cottolengo», concreta Sagrario Morales.

Grupo de alumnas, profesoras, residentes y trabajadoras de Cottolengo, a las puertas de la Casa. / C. PINTO

Son alumnos de 3º y 4º de la ESO de El Atabal a los que va dirigida esta actividad mensual (aunque se unen algunos de años anteriores), una acción pastoral que también se realiza en otros colegios de la ciudad con distintos centros de acogida. «Llevamos a los alumnos a conocer esa entrega y altruismo, el valor de darse a los demás sin nada a cambio. Yo noto en ellos frescura y entusiasmo, vemos que la juventud no es mala, al revés, yo veo en ellos a unos chicos muy involucrados. A muchos de ellos les ha dado un revés la realidad: llegan allí y van de paseo, ordenan la casa, planchan, limpian, hacen y les dan de cenar... Pero sobre todo es el acompañamiento, que es lo que les llena tanto a los jóvenes como a los residentes de la casa», expone Sagrario Morales desde Cottolengo. Al igual que la subdirectora del centro, Susana Lozano, también valora la visita: «Ellos aportan a la casa dinamismo y alegría. Nos encanta esa frescura a las personas de la Casa les aporta muchas nuevas vivencias».

Creando escuela

Y también aporta experiencias a estos jóvenes, que muchos de ellos no han querido separarse de esta acción. Como es el ejemplo de Paula Martín y Noelia Álvarez, que ya están terminando sus carreras de Biología y Logopedia, respectivamente, y llevan acudiendo a esta actividad desde que se inició en el colegio El Atabal: «Empezamos cuando Ángela vino a clase a darnos la charla y desde ahí no hemos podido dejar de venir a ayudar», confiesan las dos jóvenes de 21 años, que se conocen desde pequeñas por el colegio. «Ellas son las que coordinan el grupo, son el ejemplo de lo que queremos formar en estos jóvenes», asegura Sagrario Morales cuando habla de ellas. También jóvenes como Marta o Rocío repiten experiencia aún habiendo salido ya del colegio: «Ayudarlos y ver cómo son de agradecidos... Es que esto es una experiencia muy bonita», confiesa Rocío Casanova. Y Carmen es la otra cara de la moneda, una de las alumnas que lleva dos visitas a la casa: «Aquí estamos para echar una mano».

Mientras un grupo se había ido a pasear al Parque de Huelin con Ana, Mari Carmen, Juanma, Pedro... Otros se quedaron dentro ayudando en las tareas del hogar y preparando las mesas del comedor mientras Sara, trabajadora del centro, preparaba la cena. La Casa del Sagrado Corazón la conoce bien David. «Llevo desde los cinco años aquí y ahora tengo 39... Se agradece mucho que vengan aquí estos jóvenes, yo soy muy sociable y me llevo bien con todo el mundo, me hace feliz que estén aquí», confesaba este malagueño que vive en Cottolengo.

Residentes de Cottolengo y alumnos de El Atabal son un poco más felices en esas tardes de viernes. Y es que los jóvenes también quieren ser voluntarios.

Fuente: diariosur.es

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