Este es un artículo del profesor de Religión Católica del IES Prof. Juan Pulido Castro, en Telde, en Las Palmas, publicado hoy en TELDEACTUALIDAD
Sobre verdades a medias y mentiras enteras (I) |
Francisco J. López Decía un antiguo profesor que “no existe mayor mentira que una verdad dicha a medias”. Cuando nos referimos a la “Educación” esto no sólo es cierto, sino que sintetiza el modo de proceder de nuestros políticos a la hora de analizar nuestro sistema educativo. La razón por la cuál nuestros alumnos abandonan tan pronto sus estudios; o el motivo de que no tengan el suficiente nivel en Lengua, Matemáticas, Inglés...; o la causa de que no sean capaces de acceder con garantías al mercado de trabajo... no debemos buscarlas en las Leyes Educativas que determinan objetivos y contenidos; tampoco en el número de alumnos que hay en las aulas (30, 35, 40...); ni siquiera en si tenemos mobiliario suficiente (al menos una mesa y una silla por alumno en el centro); o en el aumento de horas lectivas para el profesorado; o en la inexistencia de horas para prácticas de laboratorio; o en la reducción de las horas de apoyo y otras medidas de atención a la diversidad... Todo lo descrito hasta ahora son minucias, nimiedasdes, tonterías, simplonerías, totorotadas... Nuestros políticos, y mucha gente que repite lo que ellos nos venden como “la opinión pública”, no se cansan de repetir que la verdadera causante de que nuestro sistema educativo no funcione como debe, es la existencia de una asignatura que tiene una carga lectiva de una hora semanal y que se llama Religión. Pero antes de entrar en materia, debo señalar que a esta asignatura no le he puesto apellido pues en nuestros centros escolares son varios los profesores que entran a impartirla. Por supuesto que entra Antonio, el profesor de “Religión Católica”, y también Paco, el de “Religión Evangélica”, además está Mustafá, el profesor de “Religión Islámica”, y por último Leví, el profesor de “Religión Judía”. Nuestro Gobierno tiene acuerdos con todas estas iglesias y religiones para que los alumnos puedan poner en práctica su derecho a recibir educación religiosa siempre que haya un número determinado de alumnos que lo soliciten. Y junto a eso, aquel alumnado que quiera ejercer su derecho a no hacerlo, se irá con Diego, que aunque es “profesor de matemáticas”, se ocupará de ellos intentando ofrecerles contenidos “no curriculares” (aunque nadie sabe exactamente lo que son). De lo descrito hasta ahora se desprenden varias consideraciones a tener en cuenta en nuestra reflexión: 1) Todo el alumnado tiene el derecho a elegir entre tener o no tener una formación religiosa, y este derecho tiene su origen en la propia constitución. Esta asignatura desaparecerá sola cuando los alumnos dejen de elegirla libremente (sin imposiciones dictatoriales por parte de quienes no la desean); 2) Nadie es marginado en nuestro sistema educativo por ejercer o no tal derecho. Ni siquiera aquellos que eligen cursarla, aunque esto resulte abominable a más de cuatro; 3) El Estado ha firmado acuerdos con representantes de diferentes iglesias o religiones para poder hacer efectivo tal derecho. Y no sólo con la Iglesia Católica como algunos repiten sin cesar (el silencio sobre los otros acuerdos también resulta significativo); 4) El que una u otra religión o iglesia tenga acceso a los centros dependerá del número de alumnos que la elijan. Teniendo todo esto en cuenta, quizá podamos seguir reflexionando sobre ello en un próximo artículo. Les invito a que completen esta “media verdad”, y sobre todo, agradecería las aportaciones de mis alumnos, que creo que deben ser tenidas en cuenta. Francisco J. López Armas es licenciado en Estudios Eclesiásticos y en Teología Dogmática, doctorando en Teología Dogmática, profesor de Religión y Moral Católica en ESO y Bachillerato. |
Fuente: http://www.teldeactualidad.com/articulo/opinion/2013/05/19/8620.html