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La situación de pandemia mundial en la que estamos viviendo en la actualidad está generando un nuevo orden de prioridades en numerosos ámbitos, incluido el educativo. Educar personas para que estas sean capaces de transformar el mundo en un lugar más fraterno y habitable se erige hoy como emergencia no solo educativa, sino también social y comunitaria.

Hoy más que nunca somos conscientes de la importancia de educar desde la integralidad y profundidad de la persona. La vida espiritual está en potencia en todo ser humano, requiere de un cultivo y una educación para que se articule y desarrolle en plenitud. En tanto que común y transversal, la educación de la inteligencia espiritual debería estar presente en todas las áreas y materias del currículo, y de manera muy especial en la clase de Religión. ¿Qué podemos ofrecer desde la Educación Religiosa Escolar al cultivo de la inteligencia espiritual? ¿Qué beneficios aporta la educación de la inteligencia espiritual en la comprensión de la experiencia religiosa?