Los obispos urgen una materia “alternativa y evaluable” a Religión
Es el único modo de que la Religión confesional tenga la dignidad de “asignatura”. Un obispo lo justifica así: “Si no hay dicha alternativa, se acusa a los padres que eligen la asignatura de Religión de estar estorbando a los demás hijos”. Me parece más justa esta otra razón: de no tener “alternativa concreta y evaluable” se convierte en una carga desigual para los alumnos. Los “religiosos” se ven obligados a tener una asignatura más, con su correspondiente estudio, exámenes, etc. Hay que ser un poco masoquista para cargar innecesariamente con ella, máxime cuando, el que quiere de verdad conocer en profundidad su Religión, puede acudir a su sinagoga, mezquita, iglesia... Toda religión ofrece a sus creyentes información y formación sobre su propia fe en sus instituciones. Eso sí que es un derecho y un deber del grupo religioso. ¿Por qué no lo aprovechan los padres y los hijos?
Por otra parte, la Iglesia achaca el descenso de alumnos de Religión a la existencia de la alternativa “Atención Educativa”: horas no lectivas, dedicadas a actividades recreativas, diálogo con alumnos, estudio, tareas individuales... donde el alumno puede incluso abandonar el centro en la etapa de Bachillerato. La “alternativa concreta y evaluable” igualaría en “carga” a todos y, tal vez, les traiga alumnos de los que sólo buscan aprobar con más facilidad. Ya se sabe que la Religión siempre fue una “María”, los profesores suelen ser “piadosos y compasivos” hasta brindar los aprobados con el mínimo esfuerzo. Aunque sólo sea para que sigan eligiendo lo mismo todos los años.
El interés de los dirigentes religiosos por la escuela
Una comentarista al Blog anterior - Ana 30.01.13 | 21:29- apunta que el interés por la clase de Religión es fundamentalmente económico: “la clase de religión en la escuela aporta un sueldo a los que viven de ella, sin oposiciones públicas, sin concurso de méritos ni de traslados, seleccionados por otro que no es el que paga...¿de qué va esto? La iglesia se interesa por el pluralismo religioso cuando deja de ser mayoritaria”.
Otros piensan que más bien es el proselitismo. El tema religioso no se “vende” en nuestros días. Las convocatorias tienen pobre respuesta. La escuela es un modo fácil, retribuido además, de hacerse presente en la sociedad. Se insta a los padres –sobre todo a los que acuden para cualquier servicio religioso- a que pidan para sus hijos la clase de Religión. Curiosamente muchos de esos padres apenas acuden a la institución religiosa. para nada. Si no les dieran clase en el colegio, ¿cuántos les llevarían a formarse en Religión a sus centros religiosos?
Sin duda que también hay interés cultural y deseos de hacer bien a los alumnos en periodo de formación. Cada Religión quiere aprovechar toda ocasión de darse a conocer, y están convencidos que su Religión es la mejor, la verdadera, la que hace dichosa a la gente. Y, claro, si una sociedad ofrece formar a las personas religiosas en sus propias instituciones civiles, con cargo a los presupuestos del Estado, es normal que acepten y busquen razones para justificarlo. En materia religiosa y moral, dicen, son los padres quienes deciden la educación de los hijos. Hasta les parece una obligación estatal que se pague con los impuestos las clases opcionales de religión que sólo pedirán unos cuantos. Y, para compensar, no tienen reparo en cargar con otra asignatura alternativa a quienes no quieren usar la escuela para formar a sus hijos en su propia religión.
Contradicción: pedir religión a la escuela y rechazarla en su comunidad religiosa
Cada Religión tiene sus “sistemas formativos”, llámese “catequesis”, “catecumenado”, etc. Toda religión tiene sus puertas abiertas a iniciar y profundizar en sus creencias, sus ritos, su moral. Si los padres están tan interesados en educar a sus hijos en sus mismas convicciones, pueden enviarles desde la más tierna edad, acompañarles, comprometerse... Pero la verdad es que la mayoría de los padres pasan de la religión, les llevan casi forzados a la catequesis, les procuran la primera y, para muchos, última Comunión. No sé de otras religiones, pero los católicos en nuestra España tienen muy poco interés por formarse en su Religión. Basta conocer los pocos grupos de formación, exceptuada las catequesis de Comunión. En la mayoría de las parroquias no existen grupos de adolescentes, jóvenes, adultos... que estudien y celebren la vida según su fe. Y, aquellas que los tienen, están integrados por una minoría ínfima. ¿Tiene sentido este proceder: pedir Religión en la escuela, y, no sólo no pedirla, sino rehuir la oferta que le hacen en la propia institución religiosa?
El actual sistema no es de recibo en democracia
Los profesores actuales –hoy por hoy quizá los mejor preparados en general- están en una situación indigna y humillante en los centros de enseñanza. Los demás profesores tienen transparencia en su funcionamiento y condiciones laborales, conocen sus baremos para participar en concursos de traslados, pueden defender sus derechos ante la administración, pueden elegir y ser elegidos para los diversos cargos en sus centros. “Nos dejan al margen y tratan la asignación del puesto y los horarios con los representantes de los obispados —explica el presidente de la asociación de Profesores de Religión — y las cosas nos van mal; no es competencia de la Iglesia tratar nuestras relaciones laborales...”.
Sinceramente creo que la asignatura de Religión sólo tiene encaje digno y justo como “cultura” para todos los alumnos. Pienso que tienen razón unos “padres creyentes” que en un comentario me dicen: “si los creyentes no pueden tener un mini espacio de hora y media semanal que respete y transmita la importancia del hecho religiosos en la historia, arte, filosofía, literatura, derecho, costumbres, etc. para nuestros hijos e hijas, la Escuela Pública no es nuestra escuela (no es una escuela de tod@s para tod@s) aunque se financie con nuestros impuestos tanto como con los suyos”. Únicamente añadiría que este derecho a “respetar y transmitir... el hecho religioso” es un derecho de toda persona. Comparto que “la formación religiosa y moral, como la artística, ética, lingüística, etc., contribuye al crecimiento y maduración de la personalidad de los alumnos”. Por tanto, los poderes públicos deberán procurarla para todos. Pero dada en unas condiciones de “dignidad escolar”, que hoy no tiene.
Sólo desligándola de las Organizaciones religiosas concretas puede acoplarse adecuadamente en la Escuela. Sólo con profesores titulados universitarios en Ciencias Religiosas, que hayan ganado su plaza en una oposición, en igualdad académica con el resto de asignaturas y profesores. Deberían los mismos dirigentes religiosos, con altitud de miras, buscar esta formación común que hace bien a todo ser humano. Lo importante es que la gente “sepa”, conozca críticamente la “cultura religiosa”. Quien se sienta llamado a vivirla ya buscará la opción más conveniente. Utilizar la escuela como campo de proselitismo, sembrando división, desequilibrando la formación –unos no sepan nada de religión, otros sólo conociendo la “suya”, unos estudiando la ética de todos, otros sólo “su moral” que muchas veces contradice la ética humana- no me parece nada ético. Me asalta la duda si los dirigentes religiosos –son los que más exigen, los que pactan con los políticos- quieren el bien de los alumnos o el bien de “su religión”, de su institución. Antes que cualquier religión, creo, está el ser humano, que necesita conocimiento, verdad, y capacidad para elegir lo que considere mejor.
Resumiendo
La religión es cultura, ayuda a buscar sentido a la vida, induce a cultivar la conciencia moral, puede ser un factor de progreso humano, etc. Por ello debe impartirse a todos, como "cultura". Pero esto exige organizarlo al margen de las "Instituciones" religiosas. Profesores con oposiciones y los mismos derechos y deberes. Mientras sean nombrados por sus respectivas "instituciones", a dedo, sujetos a despidos "ideológicos", sin gozar de derechos laborales, etc. la asignatura de Religión no tendrá la dignidad que merece. Eso del "derecho de los padres" es sospechoso. Son los hijos los que tienen derecho a ser cultos y prepararse para poder decidir. Si un padre no quiere "historia" para su hijo, ¿se le va a respetar? Si quiere que sepa "espeleología", ¿se le va a respetar? ¡Qué bien le viene a la Iglesia apoyarse, cuando le interesa, en los padres para seguir dominando!
Todos deben conocer el hecho religioso, y la ética, dos materias distintas. Al margen de las instituciones religiosas.
Rufo González
Fuente: periodistadigital.com