Los profesores de Religión de los colegios públicos y concertados de la provincia han participado este jueves en una jornada que ha concluido con la entrega de la missio canónica de manos del arzobispo de Burgos, Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa. Previamente, los docentes ha participado en una actividad formativa organizada por la Delegación para la Educación, que ha consistido en una ponencia de Laura Terradillos titulada El arte de acompañar. Y es que el acompañamiento es una de las prioridades pastorales para este curso en la archidiócesis. Los profesores también han recibido información y propuestas por parte de Cáritas Diocesana de Burgos.
Aunque el momento cumbre de la tarde ha sido la celebración eucarística de entrega de la missio canónica a los profesores de Religión. Una misa presidida por el arzobispo de Burgos en la capilla de la Facultad de Teología del Norte de España, sede de Burgos. En su homilía, Mons. Iceta ha animado a los docentes a afrontar el nuevo curso con confianza y apertura a la acción del Espíritu Santo. Ha reconocido que el inicio de un curso suele venir acompañado de «cierta angustia, un poco de miedo» ante la incertidumbre de los alumnos y las posibles dificultades. Sin embargo, ha subrayado la importancia de no caer en la repetición de lo ya conocido: «Este curso no es igual que el curso pasado… no es volver a desempolvar los apuntes», sino más bien una oportunidad para renovar la misión con «la novedad del Espíritu Santo, que siempre nos sorprende».
Mons. Iceta ha destacado la diferencia esencial entre un profesor de religión y los de otras materias, recordando que los primeros no van en su propio nombre, sino «en el nombre del Señor y de la Iglesia», quienes les confían la tarea de sembrar la semilla del Evangelio en los corazones de los niños y jóvenes. Ha recordado que toda la Iglesia está con ellos en esta misión, especialmente los monasterios de clausura, que rezan por su labor.
Asimismo, el arzobispo ha invitado a los profesores a pedir al Espíritu Santo los dones de fortaleza, buen juicio y alegría para llevar a cabo su tarea evangelizadora, conscientes de la responsabilidad que supone trabajar con los jóvenes, a quienes las familias «ponen en nuestras manos para que sembremos con alegría la semilla del Evangelio». Además, les ha recordado que no están solos, ya que «el Señor ya está en las aulas esperándoos, ya está en el corazón de los jóvenes». Finalmente, ha pedido la intercesión de la Virgen María, para que les ayude a ser educadores en la fe, el amor y la esperanza, y que la semilla plantada dé fruto abundante en sus alumnos.
Al concluir la celebración, el arzobispo ha entregado en mano a cada profesor la missio canónica, un documento legal de rango jurídico en el que expresa su confianza en ellos y les autoriza a impartir esa asignatura en colegios e institutos. Está previsto en el Derecho Canónico, tiene su origen en el Concilio Vaticano II y se renueva cada año.
Fuente: archiburgos.es