Extracto de la entrevista referido a Religión:
¿Qué lugar debe tener la asignatura de Religión, uno de los temas más polémicos en el pasado?
Llevo dos años y medio de ministro de Educación, he hablado con todos los consejeros autonómicos y jamás me han dicho que haya un problema con la Religión. Sólo existe en las campañas electorales, no en la realidad práctica. La LOMCE tiene una solución equitativa. Yo sí creo que hay que enseñar a nuestros niños y niñas que la vida en sociedad está regida por unos principios y valores y hay personas que creemos que están en la religión; otros, en la ética o la moral. Me parece equilibrado que se pueda elegir. Eliminar los valores de la enseñanza es una mala cosa, va en contra de lo que estamos haciendo en Europa.
¿Es necesario que puntúe?
Sí, creo que hay que mantenerla y que puntúe. Porque sino nos encontramos con asignaturas ‘marías’, como las llamábamos en la Universidad y nunca iba nadie a ellas…
… O más bien se eligen para subir nota fácilmente…
No, no. En las ‘marías’ el examen era una broma, no tenías ni que ir a clase. Hay que tomarlo en serio.
Entrevista íntegra:
“La idea de que hay que buscar un modelo educativo que perviva ha prendido en España. La gente lo está esperando y los políticos son conscientes de ello”, asegura el ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, tras la cumbre europea de Educación celebrada este jueves en Bruselas. A su juicio, el futuro Pacto Nacional de Educación no debería hacer tabula rasa con la LOMCE pero sí apostar por la digitalización e incluir una nueva asignatura de programación informática.
No es muy prometedor que los partidos, antes de empezar a hablar del contenido, se enzarzaran en una gran discusión sobre el método y el diagnóstico…
Forma parte del juego parlamentario pero al final se llegó a un acuerdo para que el resultado final sea consensuado y requiera el acuerdo del tres quintas partes del Parlamento. Creo que hay voluntad de llegar a un acuerdo y que no haya que cambiar la Ley de Educación cada vez que cambia el Gobierno. Es lo que la gente quiere. Hay un tren que pasa, el de la digitalización de la enseñanza, y tenemos que aprovechar esa oportunidad. Todo el mundo se da cuenta de que no podemos continuar así. Pero el modelo educativo español es un modelo que está bien, que es sólido, es un modelo de éxito.
¿Cuál es su diagnóstico, ve un problema de financiación?
No, yo no creo que haya un problema de financiación, no creo que sea lo principal. Pero si nos ponemos de acuerdo en hacer un cambio para mejorar la calidad del sistema y ese cambio pasa por la digitalización, eso implicará ocuparnos de la formación de profesores y eso requerirá inversión. Por eso siempre he dicho que el pacto educativo tiene que ir acompañado de un pacto financiero razonable. Lo tendrá que aplicar quien esté en el gobierno en otro momento, no deberíamos pedir cosas inalcanzables. Habrá que acompasarlo con las posibilidades que tenemos y la senda del déficit que hemos acordado con la UE.
¿A usted le gusta la LOMCE?
Tiene cosas buenas y cosas mejorables. Creo que el modelo educativo español en sí es bueno. Hay que verlo en perspectiva. En los años 70 había un analfabetismo altísimo en España; en estos momentos el 98,8% está escolarizado. Tenemos una enseñanza gratuita y nos hemos acercado mucho a las ratios de la OCDE. Ahora debemos dar el salto a la calidad pero partiendo de un modelo educativo sensato, sólido, que ha dado una buena educación a los niños estos años. No hay que derribar la casa, hay que mejorarla.
Hace ocho años, sin embargo, el PP se echó atrás en el último minuto por razones electorales del pacto educativo negociado con el ministro Ángel Gabilondo
Sobre quién se echó atrás, hay dudas... En aquel momento no se llegó a un acuerdo, yo espero que ahora sí porque es más urgente que entonces. Ese pacto tiene cosas muy sensatas, pero era un pacto del 2010 y desde entonces las cosas han cambiado mucho. Podría haber servido para los 90 pero ya no. Creo que hoy el cambio es mucho más profundo.
El resultado de la falta de acuerdo fue que el Gobierno del PP aprobó luego la LOMCE sin consenso político, social o educativo. Su reforma no estará lista hasta el 2019. ¿Qué diría a las familias que, entretanto, están educando a sus hijos con una ley tan cuestionada y, a ojos de parte de la comunidad educativa, fallida?
La LOMCE es una ley que tiene partes enormemente positivas. Por ejemplo, apuesta por el mérito, porque todos los niños de España que quieran estudiar, donde sea que estén, estudien. El grueso de las asignaturas troncales es el mismo. La LOMCE es una ley que sirve, ha servido y está plenamente en vigor. El acuerdo de investidura fue suspender los efectos académicos de la prueba de 4º de la ESO, nada más. No me parece un tema de cambio profundo. Creo que está ayudando a que el FP crezca, a impulsar la FP dual y a bajar las cifras de abandono escolar. No creo que haya que poner un interregno sobre estos cinco años. Han sido un tránsito. Hay cosas que se van a mantener y otras que si hay consenso, cambiarán. Pero la nueva ley recogerá muchas cosas que están en vigor.
¿Debería mantenerse la prueba de evaluación de 4º de la ESO?
Hay que pensárselo. Nadie está en contra de evaluar. Lo que hay que pensar es en sus efectos y en qué momento se hace. Desde el principio he dicho que estoy abierto a debatir qué solución conviene más.
¿Hacerla quizás a una edad en que los niños son más maduros?
La tesis de otros es que hay que hacerla antes, no en 4º sino en 2º . En el Congreso y el Senado ha habido 82 comparecencias de expertos y hemos escuchado muchas posiciones.
¿Qué lugar debe tener la asignatura de Religión, uno de los temas más polémicos en el pasado?
Llevo dos años y medio de ministro de Educación, he hablado con todos los consejeros autonómicos y jamás me han dicho que haya un problema con la Religión. Sólo existe en las campañas electorales, no en la realidad práctica. La LOMCE tiene una solución equitativa. Yo sí creo que hay que enseñar a nuestros niños y niñas que la vida en sociedad está regida por unos principios y valores y hay personas que creemos que están en la religión; otros, en la ética o la moral. Me parece equilibrado que se pueda elegir. Eliminar los valores de la enseñanza es una mala cosa, va en contra de lo que estamos haciendo en Europa.
¿Es necesario que puntúe?
Sí, creo que hay que mantenerla y que puntúe. Porque sino nos encontramos con asignaturas ‘marías’, como las llamábamos en la Universidad y nunca iba nadie a ellas…
… O más bien se eligen para subir nota fácilmente…
No, no. En las ‘marías’ el examen era una broma, no tenías ni que ir a clase. Hay que tomarlo en serio.
¿Cómo mantener preparado e implicado al personal educativo?
Si no se logra la complicidad y el acuerdo de los profesores el pacto no funcionará. Será muy difícil llevar a cabo. Debemos buscar un sistema que garantice el acceso y la carrera de los profesores y restaurar la ‘triple A’ de los profesores. Mi idea es llevar a la enseñanza algo parecido a lo que en Sanidad se hace con los médicos y el MIR. Sería una buena medida y sería bien recibida porque si queremos orientar nuestro sistema educativo hacia la programación, tenemos que formar a los profesores. La idea es que, cuando se pase la oposición, se esté un tiempo de prácticas. Ha surgido en los debates, estaba en el programa del PP y puede haber acuerdo en ello.
¿Quiere que haya una asignatura específica de ‘programación’?
El debate está abierto pero yo soy de los que cree que sí, que hay que enseñar a los niños a programar. Algunos hablan de transversalidad. Pero si dejas que dependa del interés o la capacidad de alguien en hacerlo, pues puede hacerse o no hacerse.
Las experiencias de digitalización en el pasado no siempre han sido buenas. ¿No hay un riesgo de dedicar demasiados recursos a este capítulo, a expensas de otros, como el personal educativo?
El problema no es el instrumento sino el aprendizaje de la programación. España tiene una gran ventaja competitividad sobre cualquier país europeo: somos el país con más fibra óptica, el 72%; Francia, sólo 25%. Es una ventaja extraordinaria, como se ve en los resultados de Castilla y León. Estos años hemos hecho un gran esfuerzo e invertido mucho en conectividad pero me importa más la capacidad del sistema de generar conocimientos de programación que los medios.
¿Es sana la obsesión con el infirme PISA, es un buen instrumento para medir el sistema?
El PISA lo hace el OCDE, que creo que tienen un conocimiento exhaustivo del sistema educativo español y de manera objetiva, neutral y desapasionada te dicen lo que ellos ven. Luego tú tomas tus decisiones pero es una buena guía. Es una herramienta que te sirve para ver cuales tus fortalezas y debilidades y me parece positivo. Estamos en la mitad de la tabla. Está bastante bien. De nuevo, hay que ver de dónde venimos. Antes estábamos en 36% de abandono escolar, ahora estamos en el 18%, y tenemos el objetivo de llegar al 15% en el 2020. Sigue siendo alto, sí, pero recordemos el efecto del ladrillo. Tenemos que evitar que vuelva a ocurrir.
Otra demanda del sector educativo es aumentar las horas de Educación Física. Aunque la propia LOMCE dice que es muy importante, en especial en la sociedad sedentaria actual, la realidad es que ni siquiera es obligatorio tener dos horas semanales y en algunas comunidades autónomas se imparte sólo 45 minutos. En Francia, en cambio, dan una hora al día. ¿Está abierto a hacer obligatorio que se impartan tres horas semanales?
También en Hungría dan una hora diaria de Educación Física, sí. Pero una cosa son los deseos y otra encajarlos en los horarios y en las competencias que tienen las comunidades autónomas en la materia, ahí está la dificultad. El territorio del Ministerio de Educación se circunscribe a Ceuta y Melilla, y ahí he impuesto la tercera hora, porque quiero hacerlo. Pero yo no puedo obligar a una comunidad autónoma a hacerlo. Hacer de la Educación Física una asignatura troncal es muy complicado, porque tienes que quitar tiempo a otras. El otro día recibí a los profesores de música. También Plácido Domingo me ha venido a hablar del tema. A ver, que yo soy un melómano… Pero hay que ver cómo encajarlo. Creo que al final, a mi juicio, la respuesta está en la flexibilidad, porque tenemos un país de 500.000 km2 cuadrados con situaciones muy distintas. La flexibilidad para las comunidades autónomas y los centros escolares es capital.
La educación es una competencia nacional o regional, ¿qué papel cree que puede tener la UE en estos momentos?
La cumbre social del año pasado en Gotemburgo fue un antes y un después. Entre los desafíos a los que nos enfrentamos juntos la educación tiene un papel clave y puede servir para afrontar fenómenos como el terrorismo y la inmigración a partir de unos valores comunes. No vamos a encontrar soluciones comunes a esos problemas si no empezamos a consolidar nuestros valores comunes. La presencia de veinte ministros de Educación en esta cumbre europea es impresionante. Hace falta este esfuerzo y tomarlo en serio. Dentro de 18 meses nos volveremos a reunir para evaluar qué se ha hecho. Europa no es sólo un mercados o una moneda. Es también unos valores y hay que hacerlos avanzar a través de la educación y la cultura.
Fuente: lavanguardia.com
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