Titulado en Ciencias Biológicas y Teología, matriculado en Matemáticas, Angel Marín es uno de los más de 500 profesores de Religión que imparten clases en Extremadura: "La mayoría somos seglares, padres de familia, trabajadores, con dos titulaciones; ya hay pocos sacerdotes impartiendo esa materia", manifiesta a este diario cuando explica el temor de este colectivo a que el decreto de la Junta que regula el currículo de Secundaria acabe por dejarles sin trabajo, si se reducen los horarios semanales de su asignatura, que él imparte en el instituto Zurbarán, de Badajoz.
Los profesores de Religión reclaman que se dé una solución a su conflicto laboral, que han identificado como 'marea amarilla', por el color de la camiseta que exhiben para acudir allá a donde vaya el presidente de la Junta para llamarle la atención y recordarle que le han pedido que les reciba, y que no se reduzca su horario lectivo.
"Es cierto que el Gobierno sacó un decreto tres días después de perder las elecciones, por lo que la Junta considera que no es válido y saca el suyo, y que recorta el horario. De dos horas semanales pasa a una, pero en realidad se reduce una hora por cada grupo de cada curso, y a esto hay que sumar la reducción que ya estaba prevista de una hora más por la Lomce, este año, por tanto ello supone que la reducción será entre un tercio y el 40% de horas", afirma Marín.
Pérdida de horas
Y eso es para quienes tienen contrato de horario completo, dice, pues hay "muchos que no lo tenemos, sino jornadas parciales y cobramos por horas trabajadas. Su estatus es el de laboral docente, si bien muchos "somos fijos indefinidos".
Así, "los que tienen 20 horas se quedan en 12; los de 17 o 16 se quedan en 11 o en 10; y quienes suman horas con restos de otros grupos pueden perderlas todas. Además de que esta situación conlleva una reducción de sueldo, de al menos 800 euros, aunque estoy es muy variable". En esta situación, el profesor asegura que "somos los únicos docentes que estamos sometidos a examen, a evaluación permanente cada año".
El colectivo de profesores de Religión, ante el anuncio de que el próximo curso se doblarán los grupos y no habrá disminución de plantillas, considera que "no es suficiente, porque pueden hacerlo el año siguiente". "Son muchos los padres de familia que viven de su trabajo y algunos pueden perderlo", afirma Marín.
Laboral, no ideológico
El dice ser consciente de que es un asunto que resulta "fácil tratar desde la ideología, pero eso es algo que requiere un debate más profundo, pues cuando salen grupos de padres diciendo que no quieren Religión, la realidad es que el 80% de ellos eligen la asignatura, por lo que no lo haremos tan mal".
Pero lo que ahora les preocupa es el conflicto laboral: "La Junta dice que no habrá reducción de plantilla con una fórmula que puede servir para el próximo curso, pero que se puede deshacer el siguiente. No nos fiamos". Por ello han iniciado un calendario de movilizaciones que comienza por informar a la sociedad, a los partidos, a los sindicatos y la instituciones para que se aborde el problema "desde el ámbito laboral y no ideológico. En nuestro colectivo hay gente de todo tipo y que colabora con partidos desde la derecha a la izquierda".
5.000 firmas
También han iniciado una campaña de recogida de firmas en 'Change.org', en la que "hemos recogido más de 5.000 en cuatro días. Pretendemos que la gente tome conciencia de la realidad", indica Marín. Y añade: "No discutimos el fondo, sobre si impartir y cómo Religión, sino que se nos dé una solución laboral. Mucha gente lleva 20 años dando clases y puede verse en la calle. Así no se crean puestos de trabajo, máxime cuando la consejería lo es de Educación y Empleo", dice Marín. E indica que "en principio podrían perder su trabajo unos 50 y otros cien el curso próximo".
Fuente: elperiodicoextremadura.com
Comentarios