La directora del secretariado de la Comisión Episcopal para la Educación y la Cultura, Raquel Pérez Sanjuan, asegura que en la reforma educativa de la LOMLOE la 'Enseñanza Religiosa Evangélica' cumple con la legalidad vigente, pero lamenta “que sigue sin ocupar el lugar que debiera en el marco escolar”.
Y es que para Sanjuán, la regulación de mínimos del Ministerio es insuficiente la hora semanal, así como el horario establecido por las Comunidades Autónomas,. “dejándolo en muchas de ellas en el mínimo fijado por el Estado, siendo que las Administraciones educativas tienen un 40% o incluso 50% de competencia para incrementarlo”, ha lamentado.
"No se ha sabido encontrar encaje a la asignatura en la escuela"
La responsable del secretariado de la Comisión Episcopal para la Educación y la Cultura opina que con el paso de las décadas, no se ha sabido encontrar encaje a la asignatura de Religión en la escuela, a diferencia de otros países de nuestro entorno: “Sigue siendo cuestionada en cada reforma educativa, pese a la aportación educativa que supone para la formación integral del alumnado, y teniendo en cuenta el marco legal en vigor”.
Así las cosas, lamenta también que hasta ahora las administraciones no han tomado en consideración las vías intermedias propuestas hasta ahora por la Iglesia, que propiciaría, a su juicio, “una estabilidad de la asignatura y de su profesorado”.
Los beneficios para el alumnado de cursar la asignatura de Religión
Raquel Pérez Sanjuán ha enumerado los beneficios que aporta al alumnado cursar la asignatura de Religión, entre las que destaca “el trabajo sobre la identidad personal, el conocimiento de uno mismo, del otro, la capacidad de respeto y cuidado del otro, la relación con el mundo, con la realidad. Y sobre todo, la condición de posibilidad de apertura al Otro con mayúsculas, al Misterio en el que todo cobra sentido”.
Ha añadido que este descubrimiento de la interioridad, el trabajo de la dimensión espiritual y religiosa del sujeto, “es algo que aportan los currículos confesionales, en nuestro caso, desde la antropología teológica y las claves del mensaje cristiano. También a la ciudadanía, a situarse desde el bien común, al servicio de la sociedad; la doctrina social de la Iglesia ha marcado gran parte de los valores occidentales. Y como no, el patrimonio religioso y cultural, que llena nuestras calles y pueblos, y que estamos llamados a custodiar y transmitir. Y finalmente esa capacidad para entablar un diálogo entre la fe y la razón, la fe y la cultura”.
Fuente: cope.es
Comentarios