Periodista
Educar es hacer hombres libres. Las clases de Religión potencian la libertad. Por otra parte, la religión también nos ayuda a comprender la cultura que hemos heredado. Un joven no podrá entender la pintura, la música, la escultura, la arquitectura, la filosofía, la historia, la política, el folclore, las tradiciones, el lenguaje si no conoce en profundidad los fundamentos de las religiones. Según algunas estimaciones hay en el mundo 4.200 religiones vivas, y todas ellas se practican con determinados comportamientos y prácticas. Todas las religiones explican el sentido y el origen de la vida y del universo. A partir de estas creencias sobre el cosmos y la naturaleza humana, las personas pueden derivar una moral, ética, o leyes religiosas o un estilo de vida.
Así se demuestra que la religión es esencial porque entra en la misma esencia del ser humano. La música es el único lenguaje universal. Una sinfonía puede ser interpretada por europeos, japoneses, chinos… una banda de música une a todos sus componentes y de distintas ideologías. La música nos hace universales. La música es el lenguaje hecho arte y expresa, según Aristóteles, «los movimientos del alma». A nivel cognoscitivo, la música promueve el aumento de la capacidad de aprendizaje, la orientación, la atención y la concentración, al tiempo que estimula la comunicación y el lenguaje; en el ámbito físico, relaja y disminuye los niveles de ansiedad; mientras que, en el plano emocional, eleva las interacciones, mejora las habilidades sociales y la autoestima, y previene el aislamiento.
Los políticos, que se han convertido en educadores, proponen una nueva ley que pone a la Religión y a la Música al mismo nivel que el aprendizaje del ajedrez. Esto demuestra que los que promueven esta ley son unos indocumentados, que quieren formar una sociedad esclavizada a sus ideologías, porque les da miedo que el ser humano sea libre para poder elegir que es la función de la educación.
Fuente:ultimahora.es
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