Sí. Lo reconozco. He optado por escribir en primera persona para narrar lo vivido el pasado domingo 15 de mayo en la Iglesia de Santa Ana de Algodonales. Fernando Cordero, religioso de los Sagrados Corazones, periodista, escritor...lo que ustedes quieran. Por encima de todo, Fernando es una persona de esas que te atrapan y ya no te suelta. Y, créanme, no imponiéndose, sino proponiéndose, como la fe.
Podría ajustarme a lo meramente periodístico para hablar de la presentación de su último libro, 'María, la primera en armar lio', pero los actos que envuelven todo lo que hace mi querido amigo de Algodonales están siempre repletos de calor, entusiasmo, cariño y afecto. Allí nos encontramos un buen ramillete de sus amigos y colegas. Sí. Los que siempre tenemos la enorme oportunidad de seguirle en todo lo que hace: El doctor José Luis Verdugo, médico, teólogo y misionero, Susana Herrera, presentadora del programa de televisión TESTIGOS HOY de Canal Sur TV, el simpático y afable dibujante Fano, el Padre Patera y cómo director de orquesta José Arjona Gil, párroco de su localidad, hombre afable y de suma bondad.
Bien, el que escribe estas palabras nunca se ha considerado buen periodista, quizás algo observador. Me encanta analizar visualmente las cosas que pasan alrededor de un evento y el calor que pueden transmitir las miradas de los presentes. Porque, ya se sabe, las palabras se las lleva el viento. Y digo esto porque, por encima de las palabras, en la presentación del libro de Fernando hubo muchas miradas; de amistad, de admiración, de fervor...Permítanme que me quede con una mirada exclusiva. Es la que protagoniza la persona que sale en los primeros versos de la obra literaria. Escribe el bueno de Fernando con exquisita delicadeza y con mucho amor:
“A mi querida madre, Belén Morales García,
que reza diariamente el Rosario
pidiendo por las necesidades de los demás
y haciéndose eco de la bondad de María”
Claro, una dedicatoria así había que resaltarla. La entrañable Belén estaba emocionada, con sus finas lágrimas en los ojos, escuchando todos los adjetivos que utilizábamos para definir a su hijo: su disponibilidad, su cercanía, su buen humor. Cuando una madre llora así, pensabe yo, cuántas cosas se le pueden pasar por la cabeza. La infancia de su hijo, sus primeros psos, el día de su ordenación...Qué se yo. Pero mirar a Belén y ver en su rostro esa ilusión desbordada me maravilló.
Ciertamente Fernando me da mucho que pensar porque es un ejemplo a la hora de afrontar las adversidades. Si usted, lector, lo piensa detenidamente, no tiene que ser nada fácil dejar una familia, un pueblo, cruzar media España, de aquí para allá y siempre con una sonrisa. Sabemos que así es la vida de muchos religiosos, pero esta
actitud es de destacar. Porque la vida, a veces, nos cuesta a todos. Y en Fernando parece que todo es más sencillo.
De su libro no quisiera destacar mucho más. Tiene que leerlo porque es verdad. María fue la primera en armar lio. Somos unos pocos los que hemos colaborado en endulzar lo que María ha hecho en nosotros. Pero el verdadero detalle es el del autor y su gesto a la hora de decir: - “Que sean mis amigos también los que digan algo de María”.
Y de su presentación, pues imaginen. Primero celebración de la Santa Misa en su pueblo, oficiada por él, después todos juntos para recordar que María fue la primera en liarla. Y si en todo esto el Padre Patera cuenta uno de sus chascarrillos, Fano hace de la suyas tirando de su buen humor docente para dibujar los posibles nombres que hubiera tenido Jesús y Susana Herrera termina la faena con unas orejas verdes en la cabeza... Y luego las canciones originales de Titina Suárez, Susana Salas y Poe Ortega, que nos dejaron con la boca –mejor, con los oídos- abierta. No sé, casi mejor que me remita a este magnífico libro y no de más detalles. No vaya a ser que piensen ustedes que estamos locos de remate.
Porque, resumiendo, Fernando volvió a liarla. Y allí estuvimos con él.
Gracias Fernando por contar una vez más conmigo. Llevo tu libro en mi corazón, como el resto de tus obras.
Salvador Gutiérrez Galván, periodista
Comentarios